Vilagarcía convierte Xiabre en un museo al aire libre de sus petroglifos milenarios

Poco hay de positivo en un incendio forestal. Claro que, haciendo de la necesidad virtud, es posible arrancar una nota aprovechable al devastador fuego que arrasó el monte Xiabre en el verano del 2006. La vegetación calcinada permitió, apenas unos meses más tarde, que aflorase un verdadero tesoro patrimonial de valor incalculable, que hasta entonces había permanecido oculto: catorce yacimientos de petroglifos entre lo que se distribuyen una treintena de piedras. Aquel hallazgo multiplicó el interés arqueológico por el entorno de Vilagarcía, que ya despertaban enclaves como Os Ballotes, en Bamio. No en vano, el origen de la mayoría de las estaciones recién descubiertas se remonta cuatro milenios en el tiempo, como pusieron de manifiesto las intervenciones que, sucesivamente, dirigieron los arqueólogos Eva Castro y Luis Cordeiro, Yolanda Seoane y Juan Carlos López. Mucho se habló entonces de las posibilidades que los petroglifos de Xiabre abrían ante la capital arousana, pero han tenido que transcurrir 17 años para que la ciudad cuente con una ruta que verdaderamente los pone en valor y permite su visita.

Ayer, el alcalde, el socialista Alberto Varela, presentó junto a los concejales Paola María y Álvaro Carou la nueva ruta que recorre la cumbre de Xiabre, deteniéndose en varias de las rocas que sustentan esta forma de arte rupestre, un fenómeno característico que coloca a Galicia y a las Rías Baixas en un lugar privilegiado dentro de la Europa atlántica. Esta musealización al aire libre de los yacimientos constituye la segunda fase de un trabajo previo de análisis que la firma A Citania Arqueoloxía, la misma que intervino en Os Ballotes, desarrolló en el 2020. Entonces se trataba de diagnosticar el estado de los grabados. Ahora se ha ejecutado el desbroce de su entorno para facilitar el acceso a pie, se han limpiado cuidadosamente las piedras y se han instalado elementos que proporcionan información al visitante y le permiten poner en contexto lo que se despliega ante su mirada.

Los incendios desvelan un notable campo de petroglifos en Vilagarcía

Serxio González

Iria López, la restauradora que ha trabajado con Citania en este proyecto bajo la dirección del arqueólogo Israel Picón, acompañó a la comitiva municipal. La técnico explicó que se han limpiado 18 rocas con la ayuda de espátulas y palillos de madera para evitar cualquier daño al soporte pétreo. La ruta dispone de siete paneles a pie de petroglifo en los que se puede ver el calco de los grabados, además de un panel principal en el inicio del sendero, a pocos metros del área recreativa de Fontefría, en dirección a Caldas de Reis. Una serie de códigos QR dan acceso a planos y audioguías sobre cada una de las estaciones, que también pueden ser consultadas en inglés. Una decena de flechas de madera orientan al caminante y le informan del nombre del siguiente petroglifo, así como de la distancia en metros que lo separa de él.

La cronología de los yacimientos apunta a la Edad del Bronce (de 3.300 a 1.200 años antes de Cristo), aunque su uso pudo prolongarse hasta la Edad del Hierro y más allá. Una de las rocas muestra, por ejemplo, cruces y letras que sugieren un origen medieval. Su iconografía comprende círculos concéntricos, cazoletas, surcos, representaciones de cérvidos y, solo tal vez, porque es cuestión a debate, algún signo antropomórfico. Una advertencia nos conduce al principio: su peor enemigo es el fuego.

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