El grupo Alda implanta en su hotel de Carril Garfo e Coitelo, su modelo de restaurante

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Martina Miser

Su oferta gastronómica pivota en torno a una carta reducida y una actualización de la cocina tradicional, buscando un servicio ágil y potenciando la terraza

26 jun 2024 . Actualizado a las 21:13 h.

En enero, Alda Hotels se hacía cargo de dos de los alojamientos de referencia en Vilagarcía: los hoteles Carril y Castelao, que funcionan ya a todos los efectos bajo la impronta del grupo que nació en Santiago en el 2009. El breve lapso de tiempo transcurrido desde entonces, apenas unas semanas, no permite extraer conclusiones de calado, pero sí ha servido para que la compañía confirme su apuesta por Carril a la hora de implantar un modelo de restaurante que reserva únicamente a aquellos enclaves que poseen un determinado potencial: Garfo e Coitelo.

«Nuestra idea se basa en la cocina gallega tradicional, trabajada en cocciones largas, un respeto escrupuloso por el producto y un servicio ágil. Si algo nos define es ese cuidado y ese gusto por lo tradicional, con un toque actual», explica Patricia Brea, la responsable de Operaciones y Alimentación de Alda.

Los cambios son palpables. En primer lugar, en el espacio. En lugar de la antigua sala, el servicio se concentra ahora en el área de la cafetería interior y en la terraza, siempre que el tiempo lo permita. «Estamos —apunta Brea— en un enclave privilegiado: tenemos la playa, un parque, nuestra piscina y queremos que nuestros clientes lo disfruten al máximo».

Por lo que respecta a la propuesta gastronómica en sí, la carta se ha reducido y concentrado en torno a una selección de platos que facilitan el poder ser compartidos —tortillas, chipirones fritos o mini hamburguesas surtidas son algunos de los ejemplos— y unos platos principales entre los que destacan el taco de bacalao con pisto y un cerdo especiado elaborado a fuego muy lento, durante más de cuatro horas. La oferta, que irá variando a lo largo del año, se completa con postres artesanos —tartas de queso o limón y merengue, el choco-garfo— presentados en frascos, de forma que puedan ser consumidos tanto en el restaurante como en cualquier otro lugar. «Este formato de take away queremos ampliarlo en la temporada de verano a cualquiera de nuestras propuestas, para que te las puedas llevar y disfrutar de ellas donde te apetezca», añade la responsable de Alimentación.

En cuanto a la carta de vinos, toca las principales denominaciones de origen de España, a las que añade una opción de vinos cosecheros —un rías baixas o un rioja— servidos por jarra, en formato de litro o medio litro, siguiendo el espíritu de casa de comidas que inspira al restaurante.

Garfo e Coitelo funciona todos los días, en los tres servicios de desayuno, comida y cena, abierto tanto a los clientes del propio hotel como al público en general. Dispone, también, de menús diseñados para grupos, empresas, eventos y celebraciones familiares. Conviene advertir, por último, que el modelo no se implantará en el hotel Castelao, donde sí existe cocina, pero siempre para grupos bajo reserva. Lo que sí es posible en el Castelao es el desarrollo de eventos concertados.

«Las sensaciones están siendo muy buenas, estamos teniendo una excelente acogida y hemos hecho ya nuestros primeros eventos», indica Patricia Brea.

La plantilla permanente de Alda Carril está compuesta por trece empleados y una persona de apoyo. Aquellos trabajadores que prestaron sus servicios en el hotel en la etapa anterior —algunos desde su fundación, hace 17 años— y apostaron por continuar se han integrado en el nuevo equipo. Un punto importante.