El desfile olímpico de París, visto desde dentro

Antonio Garrido Viñas
antonio garrido VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Clodagh Kilcoyne | REUTERS

Antón Paz,  oro en Atenas y ahora técnico de Nueva Zelanda, participó de la ceremonia inaugural de los Juegos

28 jul 2024 . Actualizado a las 19:35 h.

La conexión con la televisión fue a las 19.30, pero tres horas antes, los deportistas que participaron en el desfile de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos ya tenían que estar en la Villa. El vilagarciano Antón Paz, que está en París como técnico del conjunto de vela de Nueva Zelanda, fue uno de ellos. Ayer, mientras se hacía el trayecto de vuelta hasta Marsella, un viaje de 700 kilómetros en tren, autobús y metro, contaba su experiencia a La Voz. Ellos pudieron acudir porque sus pruebas comienzan el día 3 de agosto, con lo que no había mucho problema de desajuste de horarios y cansancio, porque, además, según cuenta Antón, los horarios de entrenamientos en el campo de regatas están ya muy restringidos.

Antón participo en la ceremonia de inauguración de Atenas 2004, no en la de Pekín donde ganó con Fernando Echávarri el oro olímpico, porque estaba mucho más cerca de la villa olímpica, a apenas una hora. Entonces fue como regatista, y ahora como técnico, «Por un lado, estás más tranquilo porque cualquier cosa que te pueda pasar a ti no es un problema, pero por el otro estás preocupado por tus deportistas. Creo que te preocupas más. Empezó a llover, empezó a hacer frío... de hecho, los deportistas no hicieron la segunda parte de la inauguración. Nos dieron la opción de irnos en autobús a la villa de vuelta o hacer la segunda parte, y en nuestra delegación nos quedamos solo siete u ocho al ver el izado de la bandera y demás», recuerda. A pesar de que por la televisión parecía que caía el diluvio universal, dice Antón que no fue para tanto la cosa. «No era súper intenso, pero no paró. El típico calabobos, sin mucho viento y con el cielo encapotado. Cuando salimos del barco fue en el que momento en el que cayó con más fuerza», dice.

Una de las imágenes que dejó la ceremonia fue la de los deportistas ataviados con unos ponchos transparentes que, dice Antón que dieron lugar a más de un chiste entre los participantes porque las camas serán antisexo pero en cada edición de los Juegos Olímpicos una de las cifras más extraordinarias es la de los preservativos utilizados. «Yo me lo puse bastante pronto —el chubasquero—, pero hubo varios que se lo quitaron porque iba a enfocarnos en directo la televisión y estuvieron medio trayecto sin él y acabaron muy mojados y fríos», dice.

Lo del momento en el que te pueden enfocar para salir en la televisión no está muy claro, y Antón buscaba información de primera mano a través del teléfono con su familia. «Les preguntaba qué barco estaban enfocando», dice, además de ir contando a su mujer y a sus hijas por dónde iba su barco y qué iban haciendo en cada momento. Él además tuvo la suerte de que apareció en la imagen de TVE, en una esquina pero reconocible «y mi mujer consiguió hacer una captura», bromea.

De aquel desfile en Atenas en el que participó hace veinte años al del viernes en París cambiaron algunas cosas. A Antón le queda la imagen de ver a Zidane, y de las estampas por las que pasaron en la travesía en barco. «A nivel de seguridad, está todo muy reforzado. Está muy bien organizado todo, con los voluntarios animando siempre. Es el espíritu olímpico, con la gente involucrada. Eso es lo bonito». Ahora, en apenas unos días, le tocará dirigir a Micah Wilkinson (patrón) y Erika Dawson (tripulante) hacia la final y la pelea por las medallas del Nacra 17.