El pintor Carlos Besada retrata a Javier Olleros en plena faena de marisqueo

leticia castro O GROVE / LA VOZ

AROUSA

Leticia Castro

El chef de Culler de Pau no dudó en vestir el traje de aguas y brindarse como modelo para una propuesta audiovisual impulsada por Estrella Galicia

11 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Si en algo coinciden el chef Javier Olleros y el pintor Carlos Besada es en darle al marisqueo a pie el lugar y la importancia que se merece. El artista meco ya lo ha demostrado en reiteradas ocasiones a través de sus pinturas, que ahora cuelgan en forma de exposición de sus paredes, y el cocinero de Culler de Pau se vistió la ropa de aguas hace unos días para visibilizar el oficio a través de las redes, participando en una propuesta audiovisual impulsada por Estrella Galicia.

Carlos Besada no dudó ni un momento en coger el pincel para retratar el momento vivido por el cocinero e incorporar el lienzo de Olleros a esta colección tan especial. El restaurador acudía este viernes a la Galería Besada para ver la obra en persona, agradecer la pincelada y colgar de manera simbólica los cuadros, al tiempo que conversaba con el artista sobre la necesidad de poner en valor una profesión dominada por mujeres que cargan a su espalda la identidad de un pueblo, extrayendo materia prima de calidad a la vez que cuidan y respetan el entorno que las rodea. Un oficio que ha alimentado y sostenido por igual a lo largo del tiempo a decenas de generaciones, erigiéndose como importante motor de actividad en la península meca y por ende en toda la ría de Arousa.

A las sequeiras habría que hacerles un monumento, por lo sacrificado del oficio, por resembrar la arena húmeda tan fértil para el marisco y por tantas otras cosas que pasan inadvertidas a la vista. Y de eso es sumamente consciente Javier Olleros, quien, apenas tuvo que agacharse tomando la misma postura que las mujeres aquella mañana, en la seca de A Vía, para darse perfecta cuenta de la dureza de un trabajo que definió sobre todo como intenso, y del que subrayó su contribución a la tradición y la cultura, haciendo hincapié en la organización de la mujeres a las que no dudó en considerar «guardianas del mar». Tanto Olleros como Besada poseen la sensibilidad suficiente para poner en valor el oficio desde su posición, admirando la labor y convirtiéndola ambos en arte a su manera.

Leticia Castro

Entrañable resultado. El encuentro entre el artista y el chef fue entrañable, no solo por el motivo de la cita o la importancia que ambos conceden al marisqueo, sino también porque les une una larga amistad y una pasión común por la tierra y el mar de O Grove. El resultado puede observarse en esta imagen, y en la Galería Besada, claro está.