En Baión siguen cuidando de los mayores; el nuevo curso arranca con Paula al frente de la clase y Mari al volante

Bea Costa
Bea Costa VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MARTINA MISER

El servicio que presta la Asociación cultural O Castro incorpora una educadora social, una chófer para su minibús y alcanza ya los 40 usuarios de varios municipios

10 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La Asociación cultural O Castro de Baión (Vilanova) ya ha demostrado su solvencia a la hora de prestar servicios sociales en su parroquia. Lleva treinta años haciéndolo y el Premio Galicia de Voluntariado que le otorgaron en 2022 fue el colofón a esta trayectoria. Pero no se duermen en los laureles, ni mucho menos. En O Castro tienen ambición y vocación de servicio y esto les impulsa a seguir creciendo.

Ayer iniciaron un nuevo curso en su particular aula sénior y lo hicieron con más usuarios y más medios. La asociación ha contratado a tiempo completo a una educadora social, Paula, y a media jornada a una chófer, Mari, que conduce el autocar que ponen a disposición de aquellos que no tienen medio de transporte propio. Inicialmente el traslado se hacía en un furgón, pero se quedó pequeño y la asociación tuvo que comprar un vehículo más grande, con 23 plazas, de segunda mano.

El minibús ya circuló la pasada temporada con conductores voluntarios y ocasionales, pero la asociación cuenta ahora con Mari para realizar el trayecto de ida y vuelta por una ruta que cruza Vilanova de norte a sur. El destino está en la casa de la cultura de Baión donde se oferta, de cuatro a siete de la tarde, una amplia gama de actividades para el desarrollo cognitivo y social y, de paso, pasárselo bien: pintura, juegos, gimnasia de mantenimiento, lectura, costura, risoterapia, baile, un bingo, excursiones y ellas pueden aprovechar un día a la semana para que las peinen y les hagan las uñas.

Los miércoles se los dedican a la asociación creada para personas con discapacidad intelectual Con Eles, con quienes comparten una tarde de convivencia intergeneracional, cantando, conversando y jugando, demostrando que no hay barreras.

El servicio de atención a las personas mayores comenzó dando cobertura solo a la parroquia, pero enseguida se fueron sumando personas procedentes de otras lugares de Vilanova y de municipios vecinos como Vilagarcía, Caldas, Meis y Ribadumia hasta sumar las alrededor de 40 plazas.

Desde la directiva reconocen que se han visto desbordados por la demanda, de modo que habrá que hacer números para dar respuesta a la lista de espera que se ha creado. Entre tanto, ayer comenzó el curso con una sesión especial en la que se proyectó un vídeo, se repartieron folletos informativos y se hicieron las presentaciones de rigor, aunque la mayoría ya se conocen desde hace años.

De nuevo, entre los usuarios hay mayoría de mujeres y, de nuevo, los voluntarios vuelven a ser la columna vertebral de un proyecto que se ha erigido en un referente en Galicia. Tanto es así, que se ha propuesto desarrollar un plan estratégico dirigido a abordar el problema del edadismo en O Salnés de la mano de la Sociedade Galega de Xeriatría e Xerontoloxía.

Se trata de una iniciativa pionera en el ámbito rural a nivel nacional que ahora hay que plasmar en políticas dirigidas a frenar los comportamientos sociales discriminatorios hacia las personas mayores, porque «el edadismo mata», señalan los expertos.

Es la última apuesta de O Castro. Desde hace años colaboran con Unicef y Cáritas en proyecto solidarios, además de su vertiente cultural de la que nacieron un grupo de teatro, una coral, una rondalla, un grupo de danza y otro de pandereteiras. A todo ello hay que sumar la Mostra de Oficios, Tradicións e Costumes que organizan cada verano con el fin de mantener vivo el legado de los abuelos.

O Castro cuenta con un presupuesto que ronda los 80.000 anuales y se financia, sobre todo, con ayudas públicas y, de forma testimonial, con las cuotas que le cobran a los usuarios de 30 euros al mes. El resto de su proyecto prospera gracias a su unidad de voluntariados, de la que forman parte medio centenar de personas.