El contenedor marrón aún está lejos de generalizarse en la comarca

Bea Costa
bea costa VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MONICA IRAGO

Solo Vilagarcía, Vilanova, Cambados, Meis y O Grove usan la planta de biorresiduos de Baión

22 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde enero de 2024 se tendría que estar reciclando la totalidad de los residuos orgánicos que genera la población, según establece la normativa europea; han pasado nueve meses y en Arousa se está muy lejos de alcanzar este objetivo. El compostaje y el uso de la planta de biorresiduos de Sogama crece, pero no al ritmo que debiera. Los concellos han intensificado el reparto de composteros para uso domiciliario, aumentaron los de carácter comunitario y los contenedores marrones llegaron a las calles de Vilagarcía, pero solo la mitad de los ayuntamientos arousanos están utilizando la planta de Sogama inaugurada hace diez meses en Baión (Vilanova). Son Vilagarcía, Vilanova, Cambados, O Grove y Meis, y, de estos concellos, algunos lo hacen de forma testimonial transportando allí solo la materia que recogen en los negocios de hostelería (grandes productores).

En todo caso, la flota de contenedores marrones está llamada a aumentar y, con ello, los índices de reciclaje. El alcalde cambadés, Samuel Lago, espera que los diez primeros recipientes para uso vecinal lleguen al casco urbano en octubre y su homólogo de Meaño, Carlos Viéitez, lo tiene en previsión para abril, en cuanto cuenten con un nuevo camión de recogida de la basura, explica.

Hay razones de peso para reciclar los restos de comida; primero porque es una exigencia legal, después por motivos medioambientales y, en tercer lugar, por razones económicas. Cuantos más compost se elabore, menor será el volumen de basura que se tira al contenedor de la fracción resto (tradicionalmente de color verde) y, en consecuencia, los concellos menos tendrán que pagar a Sogama, algo que cada vez les pesa más teniendo en cuenta las últimas subidas del canon y lo que está por llegar.

De los 66 euros por tonelada de basura que pagaban en 2022, actualmente abonan 78 y la previsión es que la factura se eleve a 108 euros en cuanto se apliquen las medidas anunciadas por por la Sociedade Galega do Medio Ambiente.

A los concellos se les abre un nuevo frente a la hora de financiar un servicio básico que no alcanzan a sufragar mediante el cobro de la tasa correspondiente, de modo que, o bien detraen dinero de otras partidas económicas o bien tendrán que encarecer el recibo a los ciudadanos que, por ley, ya debería recaudar los suficiente cubrir los gastos. La realidad es que pocos concellos logran este equilibrio, de modo que las arcas locales se ven cada vez más asfixiadas. «De onde sacamos os 300.000 euros que nos fan falta para pagar agora a Sogama»?, se pregunta el alcalde de Cambados. Su inquietud es compartida por el resto de los alcaldes y su caso es paradigmático de lo que ocurre en otros ayuntamientos. En la villa del albariño pagaban 440.000 euros al año a Sogama por el tratamiento de los residuos, una cantidad que aumentará considerablemente en cuanto se consume la subida a 108 euros por tonelada.

El socialista se queja de que la Xunta «pase a pelota» a la administración local, en este y otros servicios como el de ayuda en el hogar, y le pide al Gobierno de Alfonso Rueda que asuma de forma transitoria el sobrecoste que supone el nuevo canon. «Nós non temos capacidade para facelo», insiste el socialista.

De lo contrario, señala, «a única saída é repercutir ese prezo no recibo, que é o que di a lei, e concienciar á xente para que cada vez recicle máis e así diminuír os custes de Sogama». A esta tarea se puede contribuir utilizando los contenedores marrones, donde los hay —a Ribadumia, por ejemplo, no han llegado— y haciendo compostaje en casa y a través de los composteros comunitarios, que son cada vez más. Tanto es así que en Valga lo fían todo a esta vía y descartan el contenedor marrón y en A Illa podrían seguir el mismo camino. La otra cara de la moneda es Vilanova, donde han rechazado subirse al carro del compostaje domiciliario auspiciado por la Diputación y la Xunta.

El caso de Vilagarcía: 25 recipientes en la calle, 1.500 tarjetas entregadas y 15 toneladas al mes para hacer compost

Vilagarcía es uno de los concellos que tienen más avanzada la implantación del contenedor marrón en las vías públicas. En mayo empezó a repartir entre la población los cubos para utilizar en casa y la tarjeta magnética que permite abrir el contenedor. Fue el primer paso de un proceso que se alargará durante meses y que, de momento, está cumpliendo con las expectativas, según informan desde el Concello.

Actualmente están operativos 25 contenedores en los cascos urbanos del municipio con la previsión de ir ampliando progresivamente hasta llegar a los 70. Se han entregado 1.500 tarjetas y se está trabajando para corregir los problemas que surgieron a la hora de utilizarlas para abrir los contenedores, según los datos recabados desde Ravella en la empresa concesionaria del servicio, Urbaser.

Vilagarcía dio el salto a la recogida domiciliaria esta primavera después de poner a prueba el sistema con los grandes productores (fruterías, supermercados, floristerías, comedores) hasta alcanzar, a día de hoy, los casi veinte puntos de recogida.

Es la dinámica habitual, que también aplicarán en Cambados y en O Grove. En ambos casos, hace meses que pusieron en marcha el contenedor marrón en los establecimientos de hostelería a la espera de extenderlo al resto de la población, lo cual incrementará el volumen de residuos que llevan a Baión. Actualmente, Vilagarcía transporta a la flamante planta de Sogama situada en Vilanova una media de 15 toneladas de residuos al mes para convertirlos en compost.