La química entre las jugadoras y cuerpo técnico se esconde tras las seis victorias consecutivas que han aupado al equipo vilagarciano al coliderato
26 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.«Cada día que nos vemos es una alegría». Aunque bien lo pudiera parecer, la frase no sale de un libro de autoayuda. Lo que no quita que quizá, dentro de unos meses, no pueda acabar inmortalizada negro sobre blanco en un manual de cómo gestionar con éxito un equipo de baloncesto femenino, de manera comunal, con todas sus partes sintiéndose partícipes de la construcción de un yo mayor que la suma de cada una de ellas. La oración de cabecera sale de la boca de Álvaro Fernández y tiene su contexto. El de formar parte de la explicación que el entrenador del Mariscos Antón Cortegada aporta a la hora de contestar en qué se ha catapultado un equipo acostumbrado a transitar a las puertas del vagón de viaje a la fase de ascenso de la LF2 para lucir hoy el coliderato de su conferencia.
«Creo que la clave es el día a día del equipo. Se ha creado una muy buena química y muchas ganas de trabajar, de mejorar día a día, tanto las jugadoras como el cuerpo técnico», declara Álvaro Fernández. El preparador catalán señala que con esa idea seleccionó el pasado verano cada pieza de la actual plantilla, para reconocer también la presencia en la fórmula química de esa pizca de condimento mágico: la suerte. En este caso, indica, «de que las jugadoras han encajado muy bien», como demuestra que «tienen la inquietud de hacer cosas juntas también fuera de la cancha», desvela el preparador catalán.
En esta mezcla, Álvaro Fernández se presenta a sí mismo como «la persona que busca equilibrar todas las relaciones en el equipo, tanto personales como profesionales, transmitiendo confianza». Un elemento aglutinante que pide orientar toda la luz sobre el papel de las baloncestistas resaltando que «aquí el mérito es de ellas, que confían en nuestra propuesta y empujan para sacarla adelante».
Fase de ascenso
De suerte habla también el entrenador del Mariscos Antón Cortegada para referirse al hecho de que, en una liga «muy, muy, muy competitiva, en la que todos los rivales te lo van a poner difícil, como se ha visto la pasada jornada, de ocho partidos, hemos ganado siete». La primera derrota del Bosonit Unibasket en la cancha de un Ibaizabal que no conocía la victoria hasta el pasado sábado es el mejor exponente de la realidad dibujada por Álvaro Fernández y, por lo mismo, de la extrema dificultad de encadenar seis triunfos como ha hecho el conjunto vilagarciano, el mejor registro en marcha en este momento en el Grupo B de la Liga Femenina 2.
Así las cosas, el estratega que ha llevado al Mariscos Antón Cortegada hasta el primer puesto compartido considera que «sería un error pensar a tan largo plazo» cuando se le menta el horizonte de una plaza en la próxima fase de ascenso a la Liga Challenge. «No hemos hecho», advierte, «ni un tercio de la Liga».
Máximo reboteador, mejor triplista y entre los cuatro mejores registros en casi cada apartado estadístico
La buena química en un grupo es sin duda, como resalta el entrenador del Mariscos Antón Cortegada, determinante para una dinámica como en la que lleva instalado el equipo vilagarciano desde el arranque de Liga. Con todo, para triunfar en una relación a largo plazo como la que se pretende establecer a nivel clasificatorio y asegurarse uno de los cuatro asientos en la próxima fase de ascenso, es necesario contagiar esa química de los entrenamientos diarios al baile semanal con cada uno de los adversarios en la pista de parqué. Y en este punto, al menos hasta hoy, el Cortegada pasa con creces el test de exigencia.
Máximo reboteador, con 40,9 capturas de promedio por encuentro, las mismas que las del Maristas Coruña, primero en rechaces ofensivos, 12, y mejor triplista, con un 32,1 % de acierto desde más allá de la línea de 6,75, el conjunto que dirige Álvaro Fernández figura entre los cuatro primeros en casi cada uno de los apartados estadísticos que suman: segundo en rebotes defensivos (28,9 de media por encuentro) y faltas recibidas (19,3), tercero en porcentaje de acierto en tiros de dos (41,8 %) y asistencias (12), y cuarto en anotación (63,8) y tapones (2). Números que suman la segunda mayor valoración colectiva del Grupo B, 70,1