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El Enterro da Sardiña rinde homenaje a los imprescindibles del Entroido Meco

leticia castro O GROVE / LA VOZ

AROUSA

LETICIA CASTRO

Toño Furela, Marusela Sanmartín y Juana A Cuancha, «choqueiros mayores»

15 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

O Grove quemó ayer a su sardina, en un acto en el que estuvo acompañada de una colorida comitiva con música, letanías y pataghillones, y dos buenos ejemplares de jabalíes que daban cuenta de lo sucedido con Dona Sardiña, quien deslumbrada por los recientes focos instalados en la Praza do Corgo fue atropellada por uno de los animales mientras circulaba en monopatín. La sardina compartió protagonismo los  reconocimientos como choqueiros mayores a Juana García A Cuancha y el matrimonio formado por Toño Furela y Marusela Sanmartín, porque lejos de parodiar los asuntos en curso de la localidad con las tradicionales letanías había que reconocer la aportación al carnaval que hicieron en su día.

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A Juana el reconocimiento le llegaba no solo por haber vivido siempre el martes de carnaval disfrazada de gallega vacilando al personal, sino también por haberlo vivido en comparsa, de las de antes, en la que comandaba su hermano, Os Cuanchos, en aquellos momentos en los que para disfrazarse valía cualquier trapo y se recorrían los barrios del pueblo al ritmo que marcaban los tambores. Reconoce que a ella, los desfiles le gustaban más los de antes porque ahora; «case quedo a durmir», confiesa, porque sigue acudiendo a ver los disfraces cada año, y si puede acompañar también a la sardina, que de plañidera fue también durante años.

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En el caso de Toño y Marusela, la historia es de esas que dan para escribir un libro. Fueron parte indispensable de Os Garotos, una agrupación que formaron junto al resto de familia y amigos, y en la que llegaron a participar hasta 160 personas. Los disfraces, cosidos por Marusela, eran de los más espectaculares que desfilaban en O Grove, Marín o Pontevedra, de caballos, de lunas… Se inspiraba «mirando mucha televisión porque antes no había internet ni YouTube». La formación, como tal, se formó hace 38 años, dio vida al carnaval de manera incansable durante un tiempo, hasta que tuvieron a su primera hija, y Marusela aparcó las labores de costura para todos, un trabajo que no tuvo relevo.

Según cuentan, aquello llenaba todo el hotel de Casa Campaña de gente preparando disfraces hasta la madrugada. Allí se cosía para el martes, para salir por la noche y se preparaba la sardina, pues Toño y Javier Campaña eran los encargados de darle forma en el poco tiempo que quedaba. Lo de ayer fue un reconocimiento «a la contribución de Marusela al carnaval», contó agradecido Toño.