La almeja fina muere de estrés

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

A ILLA DE AROUSA

<span lang= es-es >Con la lengua fuera</span>. Hace un año, de los bancos marisqueros emanaba un ligero y punzante «cheiro a podre». Procedía de las decenas de almejas muertas que en ellos se hallaban, víctimas de las intensas lluvias que marcaron los primeros compases del 2014. Ahora, el problema es otro.
Con la lengua fuera. Hace un año, de los bancos marisqueros emanaba un ligero y punzante «cheiro a podre». Procedía de las decenas de almejas muertas que en ellos se hallaban, víctimas de las intensas lluvias que marcaron los primeros compases del 2014. Ahora, el problema es otro. martina miser< / span>

Las mariscadoras arousanas han detectado que el más delicado de los bivalvos que se cultivan en la ría no supera el período de desove

05 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Es la reina de las almejas de la ría. La más delicada pero, también, la que alcanza mejores precios en lonja. Pero la fina no está atravesando sus mejores momentos. Desde hace unos meses, las mariscadoras de cofradías como las de A Illa o Vilanova observan con preocupación que este recurso también se muere. «As que teñen un tamaño de mediano para arriba están todas coa boca aberta, mortas», explicaba desde A Illa Sita Castro.

Es cierto que esta es una especie delicada, particularmente sensible a las alteraciones del medio. Por eso, cuando el pasado verano las mariscadoras comenzaron a encontrarse con que buena parte de la cosecha estaba dañada y debilitada, asumieron que se debía «ao calor». Esa fue también la explicación que le dieron algunos de los biólogos a los que consultaron. «Pero agora, calor non vai», razonaba la presidenta de las mariscadoras de Vilanova.

Lo cierto es que, pese a lo crudo del invierno, la fina sigue muriéndose. Lo hace cuando ha alcanzado ya un buen tamaño. «A que máis morre é a grande», señalan las mariscadoras vilanovesas. Eso tiene una explicación, dicen desde A Illa. «Polo que nos explicaron os biólogos, parece ser que despois de desovar, a ameixa estrésase e morre», indicaba la responsable del marisqueo a pie isleño. Se trata, según apuntan algunos biólogos consultados, de «estrés reproductivo», una situación derivada del consumo de energía que implica el desove y que, aliñada con otros problemas, podría estar ocasionando las elevadas mortandades de almeja fina que se están registrando en la ría de Arousa. Y no solo en esta. La cofradía de Pontevedra denunció la semana pasada un problema similar en los bancos de Combarro y Campelo. Fuentes del sector consultadas en esa zona creen que la explicación a lo que está sucediendo es el corto ciclo de vida de esta especie.

«Parece que o berberecho quere deixarse ver», dicen desde A Illa

El retroceso de la almeja fina es un problema más de los que arrastra el sector del mar arousano. Por desgracia, la merma productiva no es una novedad para las mariscadoras de la ría, que han visto como el berberecho desaparecía, primero, y como la almeja babosa también empezaba a escasear.

En el caso del berberecho, algunas mujeres aún guardan algún tipo de esperanza. «Parece que quere deixarse ver. Algunha cría hai, a ver se non colle o mal que o mata», explica la isleña Sita Castro. Todo dependerá de si la marteilia ha dejado de tener incidencia en la ría o, en su defecto, si el bivalvo ha logrado acostumbrarse a ese agente, hasta ahora mortal.

«Polo menos, no caso do berberecho sabemos que é o que lle pasa, por que morre», sentenciaba la responsable de las mariscadoras de Vilanova, Mari Carmen Martínez. A fin de cuentas, conocer a ciencia cierta la enfermedad es el primer paso para poder ponerle remedio.