Por la lonja isleña han pasado en los últimos meses un total de 1.394 kilos de esta especie, una cantidad que supera las capturas totales de Galicia durante el 2017
01 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.El berberecho rabioso o almendrado es una de esas especies que, pese a ser bien conocidas por quienes trabajan el mar arousano, nunca ha logrado tener presencia en el mercado. Algo ha cambiado, y este producto parece haberse puesto de moda en A Illa. En el último mes, por la lonja de O Xufre han pasado 1.394 kilos de este humilde bivalvo, cuyo valor de venta es aún muy modesto. La cifra no parece gran cosa, sobre todo si la comparamos con las de los mariscos nobles que se comercializan en esta sala de subastas. Pero la cantidad vendida cobra dimensión y valor si tenemos en cuenta que el año pasado, en el conjunto de las lonjas gallegas, se comercializaron tan solo 1.033 kilogramos de esta especie. La mayoría de ellos, en Bueu.
Este año, la cofradía de A Illa ha decidido poner sus ojos en una especie que, al no estar sometida a la disciplina del raño, empezaba a enseñorearse en la zona sur de la isla. Los ejemplares que se están extrayendo de esos bancos, explica el patrón mayor, son enormes y «están moi cheos». Los compran depuradores, desde cuyas instalaciones llegan al mercado para su uso en platos procesados.
La cofradía reconoce que el peso del rabioso en el cómputo total de la lonja pasa completamente desapercibido. Pero Juan Rial Millán recuerda que hace años, el relojito también era una especie secundaria que, con el paso del tiempo, llegó a tener un peso importante en la economía de los mariscadores de a flote arousano. ¿Quién dice que no se pueda repetir ese milagro con el berberecho rabioso?
En todo caso, esta no es la única especie que está logrando ponerse de moda y abrirse hueco en las lonjas. En Cambados, por ejemplo, ha tenido una presencia inusual el ameixón o «almendra de mar». Explican en la lonja que unos mariscadores llevaron una muestra para vender y que funcionó. Se han subastado en Tragove 3.336 kilos de este producto, que si bien guarda un gran parecido con el rabioso, tiene unas características completamente diferentes.
Gastronomía
Explorar las posibilidades de estas especies parece responder a un intento del sector del raño para diversificar sus capturas e intentar garantizar sus ingresos. Desde el sector de la depuración no tienen muy claro en qué acabarán todos esos experimentos, ya que para que una especie funcione en el mercado será necesario «tener estabilidad y cantidad en el suministro».
Apuntan desde este sector a un factor que, a su juicio, puede influir en el hecho de que estas especies parezcan estar viviendo un despertar comercial. Y es que muchos cocineros, aquellos que quieren diferenciarse de los demás y revisar la tradición gastronómica gallega, están apostando por especies hasta ahora minoritarias, como por ejemplo el carneiro. Ahora está por ver si estos bivalvos lograrán consolidarse, o no, en la oferta de la lonja de O Xufre.