El seguimiento de un ejemplar buenense reveló su preferencia por las costas de la ría de Arousa
04 ene 2019 . Actualizado a las 20:51 h.Alta tecnología para seguir los movimientos de dos cormoranes moñudos (Phalacrocorax aristotelis) en las Rías Baixas. Un sistema de posicionamiento por GPS que transmite por la red GSM, la misma que hasta hace poco utilizaban los teléfonos móviles. Y un sorprendente resultado sobre los gustos y costumbres de los dos ejemplares elegidos en un recién concluido proyecto científico pionero y que tuvo como protagonistas a dos aves de las colonias de Ons y Sálvora.
Después de varios meses de monitorización y tras obtener y examinar unas cuatro mil posiciones, el estudio reveló que el cormorán buenense es más aventurero. Le encanta pescar y dejarse ver por la costa de Noalla, sobre todo en A Lanzada, hace numerosas visitas al norte de la península de O Grove y se atreve con viajes más al norte hasta A Illa de Arousa. Por el contrario, el ejemplar de Sálvora apenas se movió en estos meses de un área que apenas supera Aguiño. A pesar de la relativa cercanía entre las dos colonias, ninguna de las dos aves entró en el ámbito vital de la otra. También es curioso que el cormorán de Ons, pese a vivir en la isla, le gusta pasar largas temporadas fuera del enclave buenense, con especial predilección por A Lanzada..
Más allá de la mera curiosidad sobre el comportamiento de las dos hembras elegidas para el programa, se encuentra el aporte de datos científicos objetivos sobre el nivel y frecuencia de los desplazamientos. El éxito de la campaña del año pasado, que constató el buen funcionamiento de la tecnología aplicada, permite que en el futuro se pueda ampliar la muestra a más ejemplares y, de esta forma, tener conclusiones más detalladas sobre cómo proteger mejor esta especie. Y es que las conclusiones de la primera fase sorprendieron, sobre todo en lo concerniente del cormorán buenense, el que abarca un mayor área geográfica en sus vuelos.
Es relevante que este ejemplar pase mucho tiempo fuera de los límites territoriales del Parque Nacional. Es un hallazgo que, aunque se pudiese suponer, ahora tiene confirmación científica. Es un dato a sopesar a la hora de trazar estrategias que garanticen la continuidad de esta especie en las aguas pontevedresas. Hay que recordar que las colonias de cormoranes moñudos han decrecido mucho en las últimas dos décadas con un punto de inflexión grave, entre otros factores, por la muerte de numerosos ejemplares petroleados con el fuel del Prestige.
Este programa lo desarrolló el Parque Nacional Illas Atlánticas a lo largo de siete meses del año pasado. Se trata de un proyecto piloto para hacer un seguimiento a la población de este ave.