La cofradía inició el reparto de 2.000 mascarillas cuya tela fue cedida por una empresa murciana; la mano de obra la pusieron medio centenar de costureras voluntarias de la isla
12 may 2020 . Actualizado a las 13:32 h.Desde que se inició la crisis del covid-19, las redes sociales se han llenado de tutoriales para aprender a coser mascarillas de todos los modelos y formas. Acababa de estallar el infierno del coronavirus cuando los primeros grupos de costureras voluntarias se organizaban para, utilizando en algunos casos lo que tenían más a mano, elaborar elementos de protección para las personas que no podían dejar de trabajar en aquellos momentos de angustia y miedo. Como tantas otras veces, en los momentos cruciales se puso en marcha una oleada de solidaridad que atravesó todos los límites. Para muestra de ello, las 2.000 mascarillas que ayer comenzaron a entregarse en la cofradía de A Illa. Elaboradas con un material adecuado para este tipo de sistema de prevención, esas máscaras son el resultado de un sumatorio de esfuerzos. Una cadena cuyo primer eslabón hay que ir a buscarlo a la otra punta de la península: a Murcia. De allí es la empresa Muebles Montiel, que decidió colaborar con la Federación Nacional de Cofradías y entregar mascarillas para quienes trabajan en el mar. Pero hubo un momento en el que tuvieron que cambiar de estrategia, y comenzaron a enviar el material preciso para elaborar los cubrebocas a aquellos colectivos que dispusiesen de manos dispuestas a coser. Así llegó la tela y las gomas hasta A Illa, donde un ejército de cincuenta mujeres ha estado trabajando sin descanso para convertir ese material en mascarillas. El patrón mayor, Juan Rial Millán, quiso mostrar el agradecimiento del pósito a todos los eslabones de esta cadena solidaria.