Sus cuadros cuentan su historia. Pero en unos días también le pondrá voz ella como ponente de los TEDxGalicia
30 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Dores Allegro Crespo recibe en un cuarto piso de la ciudad pontevedresa. Está descalza. Enseguida se da cuenta, se pone unos taconazos de color azul eléctrico y pide disculpas. «Vaya forma de recibir a alguien», dice mientras viste también una chaqueta americana. Da igual que se haya calzado y vestido como si estuviese en la calle. El sitio donde recibe, una especie de estudio maridado con vivienda, la desnuda por completo. Uno recorre los distintos espacios de la casa y tiene la sensación de que la conoce de toda la vida. Hay una sala con libros de autoayuda, que versan sobre la felicidad o las emociones. Hay una vitrina donde, a nada que uno eche a volar la imaginación, observa sus raíces, desde una toquilla que quizás sea de una abuela a un viejo sombrero o una pajarita colocada con mimo en la que uno ve la huella de un padre u otro antepasado. Pero lo que más llama la atención, cómo no, son los cuadros. Están por todas partes, desde la cocina, al salón o los baños, dotando al piso de la doble condición de casa y galería. Y hablan por sí solos. Van contando su vida. Ella, de sonrisa perenne, confirma que, ciertamente, es así.
Dores, de nombre artístico D´Allegro -lo escogió por su característica sonrisa alegre y por lo mucho que le gusta la música-, toma asiento en lo que sería el estudio propiamente dicho dentro de una casa que toda ella es un estudio de arte. Y empieza a contar. Nació en Cambados, en una familia dedicada a los negocios turísticos. Estudió en Vilagarcía, al menos mientras era niña, lo que la unió a esta segunda ciudad. Desde pequeña, le tiraron las manualidades. De ahí que recibiese clases de pintura y otras artes. Le tentó dedicarse de lleno a plasmar en lienzos lo que ven sus ojos. Pero encaminó inicialmente su vida académica por otros derroteros. Estudió primero Turismo, en A Coruña, y luego Administración y Dirección de Empresas en Santiago.
A golpe de varapalos
En esas estaba cuando su realidad cambió drásticamente. Su padre murió prematuramente, lo que la obligó a adquirir responsabilidades en la empresa familiar. Dejó a un lado el arte. O no. «No pintaba, pero intentaba seguir siendo creativa a través de otras cosas, como la organización de eventos», señala.
Así como fue un varapalo vital el que la alejó de los pinceles, otro suceso triste la hizo reencontrarse con el arte. En esta ocasión, fue un accidente que sufrieron unas personas queridas y cercanas; un suceso que le hizo comprender que todo es efímero. «Mi cabeza hizo click, click y decidí que tenía que pintar, que era lo que me gustaba». Empezó a hacerlo con ansia. Pintó y pintó. Y pinta y pinta. Paralelamente, empezó a formarse a marchas forzadas. De hecho, está haciendo la carrera de Belas Artes. Poco a poco, apoyada por artistas como el escultor Manolo Paz, del que habla constantemente, comenzó a exponer, a dar a conocer toda la creatividad que lleva dentro. Expuso en Andalucía, en su tierra o en la feria de arte Arco.
Su pintura, donde mandan los cuadros abstractos, fue cambiando con sus ritmos vitales. Los primeros años, aquellos en los que sufrió tras perder a su padre, están pintados en negros, en tonos oscuros. Desde hace un tiempo, con su vida enfocada hacia el arte, domina la cromática alegre. Juega con las texturas, con los objetos... Hay un cuadro hecho con envoltorios plásticos de pastillas.
Ahora, no solo hablarán por ella sus pinturas. Va a tomar la palabra. Lo hará en los encuentros TEDxGalicia, que se celebrarán en Santiago el próximo mes. ¿De qué se trata? De un exitoso proyecto global en el que programan charlas con un objetivo: divulgar el conocimiento. Dores tiene claro que no va con la intención de «sentar ningún dogma de fe». Pero sí quiere contar cómo llegó al arte. Y qué le aporta. Aunque, en realidad, ella ni siquiera se considera artista. «Eso es algo muy grande, es tan grande el arte», dice. Y esa filosofía coincide con la de los TED, la de que las ideas, los conceptos estén por encima de las personas.
Es cambadesa. Y sonríe siempre. El arte se coló en su vida y, aunque quiso apartarlo del camino, no pudo. Así que finalmente lo aceptó como compañero de viaje
Tiene un estudio y vivienda en Pontevedra que la define. En ese hogar-galería, todo es pragmático y artístico a la vez. Hay desde una vitrina tipo museo a cuadros colgados en la cocina y los baños