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Gorda, con 55 años y desfilando: «Nunca pensé sentirme tan sexi con un tanga»

Bea Costa
bea costa MEAÑO / LA VOZ

MEAÑO

Merce Carrascal, la primera por la izquierda, junto a sus compañeras durante el desfile celebrado el miércoles
Merce Carrascal, la primera por la izquierda, junto a sus compañeras durante el desfile celebrado el miércoles Martina Miser

Merce es la modelo más veterana del equipo de mujeres que posa para una tienda de Meaño. «No paguéis un psicólogo, venid a desfilar», dice

16 may 2023 . Actualizado a las 12:46 h.

Ni la edad ni el peso son un problema para Mercedes Carrascal. Con 55 años y un cuerpo de 84 kilos, esta pontevedresa no ve ningún impedimento para posar y desfilar en ropa interior. Lo hizo por primera vez en mayo y repitió este miércoles de la mano de Sensualtissé, una tienda de lencería de pueblo que ha logrado poner a Meaño en el mapa de la moda en ropa interior. Cristina Rey, su propietaria, pensó hace un lustro que organizar un desfile sería bueno para promocionar su negocio y aquello creció hasta el punto de convertirse en un fenómeno mediático. Empezó recurriendo a modelos profesionales, pero al año siguiente ya tomaron el relevo sus propias clientas, «y la experiencia fue total», comenta.

Así se ha conformado un grupo de una docena de mujeres que de forma altruista y autodidacta —bajo las directrices de Leticia Pillado— ejercen de modelos para mostrar las bragas, los sujetadores y demás piezas que se encuentran en este establecimiento. Merce es de las últimas en incorporarse al equipo y está encantada. Era reacia, Cris tuvo que insistir, pero acabó convenciéndola. «Al principio salí con vergüenza y con miedo, pero me ayudó mucho la gente que me apoyó».

Hoy no solo se siente a gusto desfilando para Sensualtissé si no que se permite soñar con la posibilidad de, si surgiera la oportunidad, dejar su trabajo en una estación de servicio y dedicarse a la moda de tallas grandes profesionalmente. «Esto me hace sentir bien conmigo misma, estoy disfrutando una nueva etapa de mi vida».

Ya había hecho sus pinitos en la universidad, pero nunca se había planteado volver a la pasarela. Lo hizo y nada más ni menos que en ropa interior. «Nunca pensé sentirme tan sexi con una braga o con un tanga, ayer [por el desfile del miércoles] quería llevarme el modelo puesto (...) Animo a todas a que vengáis a poneros en ropa interior y desfiléis con nosotras. No paguéis un psicólogo, venid aquí. Yo me encuentro mejor y si esto ayuda a otras personas a lo mismo ya tengo el cielo ganado».

No menos entusiasta se muestra Cristina, que ha encontrado en esta propuesta mucho más que una vía de promoción comercial y de negocio. «Dá igual que se venda ou non se venda. Hai que seguir facendo este tipo de cousas porque hai que ensinar ás mulleres a quererse. Iso non hai diñeiro que o pague», apunta.

Colaboradora de la asociación Esmar Non á Violencia, la empresaria opina que toda contribución es buena para ayudar a las mujeres a ganar autoestima y vivir sin tabúes. «Non me considero feminista, pero opino que hai que axudar a quen o necesita, sexan homes ou mulleres». Cuando dice esto piensa, por ejemplo, en Paula, una de sus «chicas», que cuenta que gracias a Cris logró volver a ponerse un pantalón corto.

Es, junto a Merce, Noelia, Belén, Yasmina o Nuria una de las «guerreras contra la gordofobia», lema de una campaña que busca «dar voz a la diversidad y fomentar el body positive». Cristina cree que aún hay mucho por hacer en este campo. La gordofobia existe, «é como o racismo», explica, y cree que en este terreno las redes sociales hacen un flaco favor. «Ninguén sube as fotos reais ás redes». Y como muchas mujeres reales tienen curvas, en esta tienda apuestan por vender artículos para ellas y mostrarlos, en vivo y en directo. Merce afirma que ella no sufre la gordofobia ni le importa que le llamen gorda, — «a mí eso me resbala, yo digo que el que no aporte, que no estorbe»—, pero coincide con Cris en que este problema sigue instalado en la sociedad y haciendo sufrir a muchas personas.

Cristina Rey, delante de su tienda, en Meaño
Cristina Rey, delante de su tienda, en Meaño Martina Miser

Cristina Rey: «O 95 % das mulleres levan o suxeitador equivocado»

Sensualtissé celebró el miércoles por la tarde un nuevo desfile que causó una gran expectación, pero más provocó el posado que se realizó el martes en los escaparates de la tienda. Siguiendo el modelo de los belenes vivientes, la ropa interior cobró vida al otro lado del cristal porque Merce y sus compañeras se convirtieron por unas horas en maniquíes de carne y hueso, para sorpresa de la gente que pasaba a esa hora por la calle.

Era la primera vez que hacían algo parecido y, a la vista del éxito, posiblemente no sea la última. Entre tanto, Cristina ya está pensando en el próximo desfile, que será en mayo, para presentar la temporada de primavera verano y para hacer un poco de didáctica también, porque aún hay mucho desconocimiento sobre cómo debe ser y debe llevarse la ropa interior.

«As enquisas din que un 80 % das mulleres levan un suxeitador equivocado, eu digo que é un 95 %. O problema é que ninguén lles explica ata onde ten que chegar o aro ou canto debe apretar na espalda ou os tirantes. Ninguén se mete nos probadores para explicarlle iso, e nós facémolo». Merce da fe de ello. «A mí me cambió la vida, con un nuevo sujetador te cambia la percepción de ti misma».

Sensualtissé empezó su andadura hace diecinueve años, pero con el tiempo fue desprendiéndose del género de mercería y de ropa infantil para especializarse en la corsetería de todas las tallas, también sujetadores protésicos y para lactantes. Cristina está convencida de que con ello está ayudando a las mujeres a sentirse bien, por dentro y por fuera, y se muestra orgullosa de ello.