El legado culinario de la feria del ganado en Meis

Rosa Estévez
rosa estévez MEIS / LA VOZ

MEIS

MONICA IRAGO

Se acerca a la treintena, y la Festa dos Callos se reinventa por el covid

08 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El verano arousano solía tener un aquel de bacanal. Solía ser un continuo de fiestas gastronómicas en las que disfrutar de todo lo bueno que nos brinda el lugar en el que vivimos: cada producto del mar, cada vino, tiene su fiesta de exaltación. Y en medio de ese calendario glorioso que tanto deseamos recuperar, se alza, desafiando al termómetro con las elevadas temperaturas que se suelen registrar en julio, la Festa dos Callos de Meis. El plato rotundo, energético, graso y aparentemente invernal sorprende en el arranque de la temporada turística a todo aquel que no sepa de la existencia de esa tradición que llega por el San Benito.

Pero no hay razón para la sorpresa. Si la Festa dos Callos ha llegado a ser lo que es, una cita ineludible del verano gastronómico arousano, es porque está bien enraizada. Es de suponer que en un momento en el que todos los concellos de O Salnés intentaban definir una oferta lúdica y turística propia, alimentando fiestas de todo tipo, en Meis apostaron por hacer encajar en el programa de San Benito una vieja tradición local, la de los callos.

¿De dónde viene? De los tratantes de ganado y de sus clientes, que el siglo pasado tenían en esta pequeña localidad de O Salnés el centro de su mundo. En O Mosteiro se celebró, durante muchísimos años, uno de los mercados de ganado más importantes de la provincia. Eran muchos los negocios que se cerraban, muchos los animales que cambiaban de manos, muchos los curiosos que venían a mirar, muchos los comerciantes que acudían a vender aprovechando la multitud. Cuenta la tradición que, después de una intensa mañana de actividad, los protagonistas del mercado se desplazaban a los numerosos bares que había en el entorno de la plaza, se arrellanaban en las mesas y comían, con apetito insaciable, los callos que allí les servían.

Cuando el mercado inició su declive, los callos fueron la excusa perfecta para reunirse con los amigos. Y de aquellos encuentros acabó surgiendo una fiesta capaz de desafiar la lógica estival. Hoy arranca una nueva edición de esta celebración. Por culpa del covid, no habrá gran degustación de callos, pero el Concello de Meis quiere mantener viva la llama de la tradición, y por eso ha organizado un programa adaptado a los nuevos tiempos.

Este año, quien quiera degustar los callos de Meis podrá hacerlo, pero para ello tendrá que ir a los establecimientos que participan en el Tapacallo, una propuesta que «veu para quedar, porque permite ampliar a celebración a todos os lugares do municipio», según explicó Marta Giráldez, la alcaldesa socialista de Meis. Para seguir hablando de comida, se han organizado tres demostraciones de cocina en vivo: una será mañana, de mano del Obradoiro de Hostalaría do Salnés; otra el sábado, protagonizada por Álvaro Fuentes, de la Taberna Meloxeira (O Grove); y la última el domingo, con el estrella Michelin Yayo Daporta.

Aunque parezca mentira, no solo de callos vive la fiesta: el programa incluye también música. El concierto de Sés -seguido de la actuación de Calle del Ruido- es el plato fuerte del sábado; el del domingo es cosa de Uxía y Rosa Cedrón. Son las piezas clave de un puzle musical que vale la pena.

El programa del día: Música y homenaje a los voluntarios del covid

El programa de San Benito arranca hoy, a las seis de la tarde, con la presentación de «Gaela», el nuevo disco del dúo local As Lembranzas. Serán las encargadas de leer el pregón, tras el cual, a las 21.30 en la plaza de España, habrá un certamen de bandas. Luego, homenaje a los voluntarios de la lucha contra el covid.