La Diputación pretende rediseñas la oferta de este producto dentro del Plan Estratéxico de Turismo de la provincia
11 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.El vino es el mismo. O no tanto, porque el albariño, que hace tiempo que no solo es albariño, sino mucho más, ha acabado por disputarle el nombre a la tierra donde nace y se hace. Rías Baixas, ¿colección de accidentes geográficos o vino singular? El vino se ha labrado un lugar en el ránking mundial por méritos propios y el espacio donde se ha alumbrado el milagro es cada vez más atractivo para el turismo enológico. Pero algo, al parecer, no funciona. Lo reveló ayer la presidenta de la Diputación, Carmela Silva, a preguntas de los periodistas sobre la última polémica política entre el gobierno provincial y la oposición del Partido Popular.
Resulta que el PP ha reprochado el recorte presupuestario de la Diputación a la iniciativa de la Ruta do Viño Rías Baixas, «un grupo de amantes del vino y la buena vida que nos hemos unido para ofrecerte la posibilidad de disfrutar de una experiencia turística única en torno a un eje común: el vino de Origen Rías Baixas», como se definen los promotores de la propia ruta. Sin embargo, Silva explicó que no se trata de un recorte presupuestario, sino de reformular por completo la iniciativa.
«Imos rediseñala dentro do Plan Estratéxico de Turismo que estamos a elaborar», dijo ayer Silva. Aunque declinó dar más detalles de cómo sería la nueva ruta, amparándose en que, al estar ya en campaña electoral, está prohibido dar detalles. Sí explicó, sin embargo, que en una reunión con el sector, los representantes de este no estarían del todo satisfechos con cómo venía funcionando la colaboración entre la iniciativa privada y la Diputación de Pontevedra.
Actualmente, un total de 29 bodegas asociadas están incluidas en los nueve itinerarios, cada uno de ellos dirigido con un guía turístico profesional, que la ruta pone en marcha con cierta periodicidad. Varios de los asociados ofrecen además actividades complementarias, que van desde visitas guiadas especiales hasta showcookings y talleres gastronómicos, pasando por recorridos por un singular jardín botánico, especifican desde la propia Ruta do Viño.
Durante veinte años, la iniciativa, que nació del interés de un grupo de bodegas por abrir sus puertas a los visitantes y dar a conocer de primera mano el patrimonio vitivinícola, ha ido enriqueciéndose y sumando asociados y oferta. Fue el primer proyecto de estas características en Galicia y uno de los pioneros en el conjunto de España. Y ahora se volverá a reinventar para incluirse en el proyecto global de turismo que diseña la Diputación de Pontevedra. De hecho, coincidiendo con el veinte aniversario de la ruta, los propios promotores privados ya habían introducido sinergias con otros segmentos, como la salud, el deporte, la música o el humor. El nuevo Plan Turístico dirá lo que hay que reformular. Y si funciona mejor.