
Decidido a apostar por la música, el grovense Dani Cornes está deseando demostrar que es «mucho más que un vídeo viral»
16 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Lo confieso. Cuando menos me lo espero, tarareo mentalmente el Rías Baixas Style. La canción es una versión del Gangman Style de PSY que hace un par de años hizo bailar a medio mundo una coreografía bastante kitch. La letra alternativa la formuló un rapaz de O Grove, Dani Cornes, cuya propuesta se convirtió en un vídeo musical gracias a un proyecto del instituto Monte da Vila. Logró más de 750.000 visitas en Internet. Casi nada. El Rías Baixas Style sonó en Carnavales y en fiestas de guardar. Y sigue sonando. «A veces, estoy en el puerto y llega algún barco de pasajeros, con la canción a todo volumen», cuenta Dani Cornes. Y confiesa, a sus 19 años y con tres discos a la espalda, que está harto de que la gente le pare para preguntarle si es «el del Rías Baixas». «Estoy intentado hacer algo serio en la música, y no me gusta estar volviendo siempre a lo mismo. No soy un vídeo viral más», explica.
Lo que quiere ser Dani Cornes es cantautor. Esa es la única etiqueta que le gusta a un joven que reniega de los clichés. «La verdad es que no me gustan, lo reducen todo mucho», explica. Pero ser autor y ejecutor de sus propias piezas es algo que le seduce. «Yo grabo en casa, y eso me da una libertad enorme. A veces voy componiendo mientras grabo, introduzco cambios, busco arreglos... La verdad es que me acostumbré tanto a trabajar así que no me imagino cómo se puede hacer de otra forma».
De ese pequeño caos creativo han salido ya tres discos. El último, Salto al Vacío, es en realidad «el primero que hago en serio». «He querido hacerlo de una forma más profesional, porque quiero que sea un cambio, la señal de que arranca una nueva etapa». Es, también, su primer trabajo íntegramente en castellano. «Me hubiese gustado incluir algún tema en gallego, pero no me dio ni el tiempo, ni la cabeza», cuenta Cornes. «Hasta hace un par de años sentía bastante rechazo por la música en castellano. Pero empecé a escuchar a Vetusta Morla, y a partir de ahí a otros grupos, y en estos momentos es la música con la que me siento más identificado». De hecho, Dani está convencido ahora de que «si la gente no sabe lo que dices, es más complicado que se identifique con tu música».
En esas cosas no pensaba hace unos cuantos años, cuando empezó a presentarse a los concursos de talentos que causaban furor en la comarca. El primero en el que participó se celebró en A Toxa y lo ganó. Luego fue a Cambados, y su impecable ejecución sobre el escenario volvió a conquistar al público y al jurado. «Eso me dio bastante ánimo para seguir por este camino», explica. Eso y su familia, «que en esto de la música siempre me ha apoyado mucho».
Pero hay más cosas que la música. A sus 19 años, Dani Cornes ha empezado a estudiar en Pontevedra Comunicación Audiovisual. La carrera «va bien, aunque no tanto como me gustaría». «Es bastante práctica», y eso ha beneficiado al joven grovense, que reconoce que durante este último año ha pasado muchas horas, muchas, dándole vueltas a las once piezas con las que ha saltado al vacío por tercera vez. Ha tenido que encargar un centenar de cedés de su trabajo, al que también se puede acceder a través de Spotify. Ahora toca venderlos. Y «la verdad es que hay bastante gente que pregunta por él, que quiere comprarlo». Vecinos, amigos y compañeros de estudios a los que les reconoce el mérito de «haberme aconsejado durante el proceso, diciéndome lo que les gustaba, lo que no y por qué».
Ahora, con la proximidad del verano, debería comenzar la época de hacer girar el disco por bares, locales y fiestas. Sin embargo, de momento no va a ser así. Salto al vacío va a tener dos meses para «respirar». «Vamos a ver qué le parece a la gente», dice Dani. Mientras, él se ha ido de gira: se ha embarcado en una aventura con una oenegé de la Universidad. Durante dos meses recorrerá Marruecos haciendo fotos y vertiendo imágenes e historias en un blog turístico. Seguro que, cuando vuelva, traerá su mochila cargada de nuevos sonidos, de multitud de experiencias.