Un espacio para disfrutar de A Lanzada a vista de pájaro

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso O GROVE / LA VOZ

O GROVE

El entorno en el que se crían las vacas cachenas ofrece unas impresionantes vistas sobre todo el complejo dunar de O Grove

15 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

A Siradella es uno de los grandes atractivos turísticos de O Grove. Un lugar privilegiado en el que se puede contemplar el municipio desde las alturas. Porque esta montaña acoge varios miradores que ofrecen unas impresionantes vistas de la localidad. Con da Hedra es uno de estos lugares. Un pequeño paseo permite al visitante elevarse decenas de metros para ver, en todo su esplendor, el complejo dunar de A Lanzada. Si el día está despejado, además, en el horizonte se distinguen Ons y hasta las Cíes. El recorrido permitirá, de paso, conocer a las vacas cachenas, que son las responsables de que en el medio del monte hayan empezado a crecer verdes prados. Estos animales forman parte de un proyecto pionero puesto en marcha por la comunidad de montes de San Vicente que ha demostrado ser todo un éxito.

Hace ya casi cinco años que los animales llegaron a San Vicente. Lo hicieron para convertirse en las responsables de mantener el monte libre de maleza, con el fin de ayudar a prevenir los incendios. La iniciativa ha demostrado ser todo un éxito y, actualmente, ocho vacas y un toro se ocupan de estas tareas. Es frecuente, también, verlas acompañadas de sus crías, en este momento hay seis. La manada vive en Con da Hedra, donde su presencia ha obligado a los comuneros a vallar varias parcelas, para evitar que se escapen o se pongan en peligro. Es por ello que la subida al mirador se encuentra, actualmente, cercada por alambres y maderas. Pero ello no impide que el paseo siga mereciendo la pena.

Con da Hedra se ubica a escasos metros de la playa de A Lanzada. Más concretamente, unos metros por encima de este famoso arenal. Al inicio del recorrido un cartel advierte al visitante de que en esta zona puede avistar a las vacas cachenas, para que nadie se lleve un susto innecesario. Los animales están siempre ubicados en parcelas cerradas, por lo que el visitante no tiene nada que temer. La subida, muy breve, es preciso hacerla andando, pues una piedra disuade a los que quieran meter algún tipo de vehículo por el camino.

Un sendero breve

En cuestión de minutos, el sendero termina y uno se encuentra de repente con un paisaje completamente distinto. El verde de los árboles da paso al azul del cielo y el mar sin previo aviso. Existen varias plataformas, desde las que se pueden ver diferentes vistas. Una para el complejo dunar, otra para la playa de A Lanzada... Las opciones son varias, pero todas igual de espectaculares. Si el día está despejado, al fondo se pueden ver dos de los archipiélagos del parque Illas Atlánticas: Ons y Cíes. Todo ello, con el sonido del mar de fondo. Así que merece la pena pararse y disfrutar de todo lo que se ofrece. Sentarse en uno de los bancos y dejarse llevar. Lo único que hay que lamentar es que, una vez más, los amantes del espray hayan elegido este espacio para dejar su huella. Varias pintadas decoran, con muy mal gusto, el Con da Hedra.