
Los vecinos asisten atónitos al desembarco de vecinos de la capital con residencia en A Toxa
13 mar 2020 . Actualizado a las 17:09 h.La preocupación este jueves en O Grove era palpable desde primera hora de la mañana, porque a la alerta ante la propagación del COVID-19, se sumaba la llegada al municipio de decenas de personas procedentes de Madrid con residencia en la isla de A Toxa. Una circunstancia que desató la alarma de los vecinos de la localidad en las redes sociales, temiendo un posible contagio ante el elevado número de casos registrados en la capital.
Así lo confirmaron las trabajadoras de los supermercados, que no pararon de enviar pedidos a la isla a lo largo de todo el día, atónitas ante lo que consideran «una irresponsabilidad» por parte de los vecinos procedentes de Madrid. No se recuerda una situación así en el municipio arousano, donde se agotan los geles desinfectantes en las droguerías, el papel higiénico en los supermercados, y hay cierto temor a que en unos días se decreten medidas más estrictas.
Escapada de fin de semana
Vicente López, vecino de Vallecas, era uno de quienes paseaban este jueves tarde por la isla. «A mí me coincidió con vacaciones ya programadas y he venido a pasar el fin de semana», relata, consciente de la gravedad de la situación. López cuenta que no existen restricciones para viajar: «Pero sí es verdad que el aeropuerto estaba vacío y no recuerdo nada similar en Madrid a lo que estoy viendo estos días». Una vecina reprendía así a una recién llegada: «Es que creo que no es sensato que se vengan», comentaba. En este caso, parece que la advertencia surtió al menos un cierto efecto, y la familia decidió no salir de su casa en la isla.
En lo económico, la sensación es más preocupante, tanto por parte de pequeñas empresas como de las grandes cadenas hoteleras, en una villa en la que la actividad turística es uno de sus sustentos fundamentales. La Semana Santa se da prácticamente por perdida y algunos hoteles de A Toxa están valorando la decisión de cerrar los próximos quince días como medida preventiva. Además, las fábricas de conservas tienen activados todos los protocolos, y al uso de mascarillas se suma la toma de la temperatura corporal a sus trabajadores.
