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La gallega, que aspira a ser la española con más citas olímpicas, se medirá el viernes en Verducido a cinco rivales en el selectivo del K1 200
07 abr 2021 . Actualizado a las 21:07 h.A la inmensa mayoría de aquellos que saben y aman el deporte del piragüismo les sobran los argumentos para dar por hecho que será Teri Portela quien el próximo mes de agosto peleará por una medalla hispana en el K1 200 de los Juegos Olímpicos de Tokio. Pero que con 37 años conquistase el bronce en el Mundial del 2019 y con él la plaza en el kayak corto para España en la gran cita nipona, y que veinte años después siga sin otearse en el país rival que le pueda mantener el pulso en una regata de 200 metros no ha sido suficiente para convencer a la Real Federación Española de Piragüismo. Y así, como santo Tomás le exigió a Jesucristo redivivo una prueba de ser quien decía ser, los rectores de la RFEP reclaman esta semana a Portela una nueva muestra de su poderío. Con un selectivo que este viernes se disputará en el embalse pontevedrés de Verducido, ese en el que cada día desde hace siglos en términos deportivos se lleva curtiendo la canguesa afincada en O Grove, y en el que ahora le toca sellar la tarjeta de embarque hacia los sextos Juegos Olímpicos de su larga y próspera vida sobre las pistas de piragüismo del planeta.
«Me encuentro muy bien. Yo estoy bien. No me centro en las demás, tengo que confiar en mí e intentar hacerlo bien», declara Teresa Portela al ser preguntada por cómo llega al examen de Verducido y por sus cinco rivales. Las palistas del Kayak Tudense Lara Feijoo y Sara Ouzande, la zamorana Mireia Vázquez, la extremeña Teresa Tirado y la madrileña Elisa Zapata. En su mayoría, todavía sub-23, todas excepto la última, que se entrena en su club, el E.P. Aranjuez, trabajando en el equipo nacional de kayak femenino de Sevilla bajo la dirección del extremeño Fausto Moreno.
Sobre el papel, Ouzande parece la más capacitada para tener alguna oportunidad ante Portela. La asturiana es la única kayakista española que se recuerda a punto de vencer en un 200 a la gallega, de la que solo la separaron 193 milésimas de segundo en el selectivo para el Mundial del 2017. Claro que, recordó Teri, «fue el año después de Río, en el que había parado cinco meses» antes de arrancar el nuevo ciclo olímpico que puede completar encumbrada a leyenda.
La canguesa tiene el comodín de la Copa del Mundo si lo necesita
En un principio, el selectivo olímpico del K1 200 femenino había sido planteado a la mejor de tres tiradas, pero «la semana pasada la Federación decidió cambiarlo por una semifinal y final», cuenta Portela, pese a haberse inscrito únicamente seis palistas. Desde la RFEP explican que la semifinal, programada para las 10 de la mañana, será empleada a modo «de calentamiento» para la final de las 12. Con todo, si Teresa no gana, la Federación ha fijado que la plaza olímpica será suya si la vencedora mañana no es oro o plata en la Copa del Mundo de Szeged de mediados de mayo sin la gallega acompañándola en el podio.