O Peirao, la taberna de O Grove ante la que hacen largas colas los turistas

O Peirao es de esos pocos lugares que conservan en O Grove la esencia de taberna marinera de antaño, y quizás ese sea uno de los motivos por los que los turistas hacen cola para ser atendidos antes de que su propietario, Manolo Folgada, abra la persiana. El fenómeno no pasa desapercibido, porque la fila dobla la calle incluso cuando el bar está abierto. «Houbo días de ter a case cen persoas agardando», cuenta el jefe de la barra. De hecho, a veces cuando levanta la persiana y echa un ojo hacia afuera, se sorprende. Los clientes le saludan con una sonrisa y empieza el servicio.

Manolo puede presumir de que el suyo es de los pocos locales que levantan tal expectación en la localidad, porque no hay otro establecimiento en el que se formen esas colas a las doce de la mañana. No hace reservas, pero sí lista de espera, así que no queda más remedio que presentarse allí, eso si, sin impacientarse.

O Peirao es un bar familiar, que tiene apenas seis mesas en el interior y un par fuera, junto a la ventana. Así que con estas dimensiones es fácil llenarlo. Cuando el trabajo se lo permite, Manolo idea algunas más con cajas de cervezas y un pequeño tablero para ampliar la terraza, pues hay que aprovechar el espacio y dejar contentos a los comensales que con paciencia esperan su turno.

Manolo confiesa que el secreto no es otro que tener buen producto. La estética marinera tiene su aquel, pero lo importante es comer bien, y aquí esa máxima se cumple. El boca a boca ha funcionado, los ha hecho bastante famosos y el interés ha aumentado exponencialmente tras la pandemia.

Los precios de la carta también ayudan, pues lo más caro es la tapa de pulpo a 15 euros, y la ración de oreja á feira, otro de los platos más codiciados cuesta tan solo cinco. Es por ello que incluso algunos cantantes y cómicos reconocidos también son clientes del bar, como Pepo Suevos, que según cuenta la hija de Manolo, Mónica, siempre va a deleitarse con la ración de oreja.

Pero es que su singular espacio decorado con todo tipo de conchas, cabezas de centollo, hélices de barcos, nudos, cintas de casete o fotografías antiguas es tan peculiar, que ha dado pie a que Luis Fercán y Fredi Leis grabasen allí el videoclip del tema Mesa para dos.

Cuando termine el mes, el Bar Peirao cerrará una etapa, pues Manolo, que abrió el establecimiento en el año 1984, se jubila tras 39 años al frente del negocio. Nadie quiere desvelar cual será el futuro de la taberna, si sus hijos seguirán al frente o si cambiará algo, aunque la energía y el buen carácter del dueño se echarán en falta, como así lo atestiguan muchos clientes.

Porque Manolo es de esas personas que tiene feeling con el comensal. Alguna vez le han dedicado canciones, y él tampoco duda en ir a cantar con los clientes. No es de extrañar que a veces, el bar al unísono le aplauda y coree su nombre. Con estas referencias, es normal que se llene en los servicios de comida y cena, un horario con el que lleva pocos años, pues hasta el 2017 O Peirao abría a las seis de la mañana. «Ata teño aberto ás cinco e media», cuenta.

Y recuerda con nostalgia aquellos momentos, cuando la lonja hacía subasta de mañana y en su bar paraban al amanecer multitud de pescadores y gente que se iba al mar. «Eran outros tempos, tomaban os chupitos e as copas, e podíase fumar», dice. La camaradería de antes se conserva en el bar, los clientes de siempre conviven amablemente con los turistas, y dada la cercanía de las mesas, algunos acaban haciéndose amigos.

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