El grupo, famoso por sus disfraces, organiza el Enterro da Sardiña
16 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.O Grove da por terminado, al fin, su gran Entroido, puesto que la meteorología ha decidido como muchas otras veces, que su duración se alargue para que el sol ponga el broche a uno de los momentos más importantes del año. Ahora que se acaba, es de justicia recordar a parte de la gente que trabaja en la sombra para que año tras año se lleve a cabo el Enterro da Sardiña o para aportar al desfile en el sambódromo meco ese «plus» de humor y de originalidad. En este caso cabe destacar la labor de Os do Jrove 99, un grupo de amigos que se juntaron hace veintiséis años para dar rienda suelta a sus ocurrencias y disfrazarse en conjunto para presentarse en los desfiles más reseñables de la provincia.
Hace un cuarto de siglo que por petición del Concello de O Grove, Javi, Gelo, Lino, Marga, Ana, Lola o Manolo, entre otros, son los que se encargan de dar vida a Doña Sardiña en uno de los almacenes municipales. Un grupo de personas que se reúnen al caer el día durante varias semanas para dar forma a la protagonista del entierro, decorar su altar y organizar el sepelio.
Buscan la forma según lo que se quiera representar: este año querían ponerla en forma de avión en una pista de aterrizaje con los nuevos focos de la Praza do Corgo; pero en otras ocasiones le suman otros ejemplares, o llevan acompañantes como burros o jabalíes. De ingredientes, mucha paciencia, brillantina de colores, silicona y clavos, que ayudan a hacer un fino trabajo que ya tienen dominado y que realizan por amor al carnaval, porque lo de imaginar disfraces es lo fuerte del equipo, puesta en escena incluida.
A Os do Jrove 99 los caracteriza una creatividad, que siempre llevaba premio. «Buscábamos un disfraz dentro de un segundo disfraz, e sorprender sempre», cuentan. Su bandera es el humor, el bueno. «Iamos á Ramallosa, a Chanteclair, a Pontevedra… Un ano fixemos unha pirámide de Ferrero Rocher nunha soa noite, disfrazámonos de albaneis, muro incluido, de lavadoiro…». Está claro que nada quedaba fuera de su alcance.
Un museo centrado en el Carnaval que recibió 6.000 visitas
Una pequeña representación de lo que significa este grupo estuvo expuesto hasta este domingo en el museo efímero del carnaval que el Concello do Grove instaló en la antigua oficina de Abanca en la calle Castelao. Un espacio que hoy cierra sus puertas, tras un mes de funcionamiento y un gran éxito de afluencia.
La iniciativa superó todas las expectativas posibles, con un recuento de visitas que roza las seis mil en los treinta días que estuvo abierto, según sus organizadores, y con el rincón de las letrillas de las comparsas como atractivo indiscutible, un lugar donde los vecinos rieron, debatieron y cantaron canciones de antaño... Sin duda fue el contenido que despertó mayor interés.
También se volcaron aportando fotografías antiguas que tenían en casa, así que si el Concello quiere, la idea de reeditarlo el próximo año es factible, aunque si sigue creciendo el material habrá que pensar en un lugar de mayor envergadura para dar cabida a todo lo que quedó sin representar.