Álex Compa, pichichi del Arousa: «Estoy recuperando esa confianza que tenía de pequeñito»

Pablo Penedo Vázquez
Pablo Penedo VILAGARCÍA / LA VOZ

PONTECESURES

Álex Compa, saltando en un lance del reciente derbi entre el Vilalonga y el Arousa
Álex Compa, saltando en un lance del reciente derbi entre el Vilalonga y el Arousa MARTINA MISER

El cesureño ha marcado seis goles en las últimas cinco jornadas

03 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El Arousa va lanzado. Ocho victorias, incluidos sus resultados de las cinco últimas jornadas, y un empate han recompensado al conjunto de Míchel Alonso con 25 de los últimos 27 puntos en juego. Una racha que en su segunda fase, la de los cinco triunfos encadenados en vigor que igualan la mejor marca del equipo arlequinado en los últimos 30 años, tiene un nombre propio. El de Álex Compa (Pontecesures, 2004), autor de 6 de los 16 tantos anotados por el Arousa en sus cinco últimos encuentros de Liga, que lo convierten en ese hombre-gol que le había faltado al conjunto vilagarciano en los dos primeros meses de competición.

La evolución goleadora del delantero centro cesureño ha venido pareja a su desembarco en el once titular. Entre las jornadas 1 y 7 solo había jugado de cara en la visita del Noia a A Lomba (0-2). Tras su aportación al 3-5 sobre el Atlético Arteixo con su primer gol como futbolista arlequinado saliendo desde el banquillo, Álex Compa ha enlazado cuatro titularidades. Y aún sin completar ningún partido, ha firmado más de la mitad, cinco, de las nueve dianas de su equipo en las tres últimas comparecencias de este en Liga.

«Es verdad que llegué tarde al Arousa. Firmé el 1 de septiembre y me costó unas semanas adaptarme al equipo. Ahora estoy mucho más adaptado y con confianza y empiezan a salir las cosas que llevo trabajando desde el principio», señalaba ayer el futbolista. Entre ellas, volver a la que había sido su posición desde que tiene uso de razón hasta que el curso pasado, en la UD Logroñés, le pidieron que saliese de su hábitat natural, el área, para actuar como enganche.

Iniciado en el fútbol en la base del Cordeiro de Valga, con 8 años lo fichó el Celta y con 12 o 13 ya vivía en la residencia del club olívico en Vigo. Integrante de la quinta de Fer López y Yoel Lago, hoy jugadores del Celta Fortuna, y Bajcetic, futbolista del Liverpool cedido en el Red Bull Salzburgo, «la mayoría de mis años en el Celta», recuerda Álex Compa, «iba con el equipo un año mayor y jugué mucho con Hugo Álvarez, Hugo Sotelo y Damián», hoy integrantes del vestuario de Balaídos a las órdenes de Claudio Giráldez. ¿Qué le pasó al hoy pichichi del Arousa para desviarse del mismo camino? Pues, en buena medida, tres lesiones en sus dos primeros años de juvenil, operado de varios huesos rotos en los pies y, recién salido de la segunda intervención, rompiéndose el lateral interno de una rodilla y, parcialmente, el ligamento cruzado y el menisco de la articulación. Justo «cuando necesitaba jugar y estar feliz» para continuar la senda de su evolución, cuenta. Y aunque firmó un notable último curso juvenil en el Celta, con 10 goles en División de Honor y un anecdótico estreno en Primera RFEF con el filial, club y futbolista entendieron, recuerda el arousano, que lo mejor era buscar un equipo parecido en el que probar una cesión.

El Cartagena B de Segunda RFEF fue el elegido, y allí «tenía minutos, pero éramos un equipo muy joven, llevábamos una muy mala dinámica y en invierno pedí cambiar de destino», lo que solo pudo hacer, explica Álex Compa, rescindiendo su contrato con el Celta para firmar con un Logroñés en el que no logró continuidad.

El pasado verano el cesureño manejó varias ofertas de equipos de Segunda RFEF, algunos de Galicia. Pero optó por el Arousa porque, dice: «Tenía un proyecto interesante para ascender, con jugadores de superior categoría». Y ahora empieza a recoger los frutos de su apuesta: «Ahora que ya he pasado todo lo de mis lesiones, que me costó mucho tiempo, tanto a nivel físico como psicológico, creo que estoy recuperando esa confianza que tenía de pequeñito». La que lo acompañó durante tantos años en el área, «donde se hacen los goles», «donde», confiesa, «siempre me gustó estar».