Fole vería con buenos ojos un pacto como el del 2003, con ediles de la oposición liberados

Si es verdad que en ocasiones el tiempo pasado pudo ser mejor, por lo apuntado ayer por el alcalde en funciones de Vilagarcía, ya que su partido, el PP, debe retornar a la oposición, mejor hacerlo retrasando los relojes doce años. Concretamente hasta el 2003, momento en el que socialistas, populares y nacionalistas alcanzaron un pacto no escrito por el que no solo el gobierno local, sino también la oposición y, en general, cualquier grupo que hubiese alcanzado los cuatro concejales -los tres los tenían por aquel entonces- podría disfrutar de liberaciones. En otras palabras, de salarios asignados a cargo de las arcas municipales. «Dimos un ejemplo de seriedad siendo novatos, de sensatez y estaríamos dispuestos a apostar por eso si otros partidos quisiesen subirse al mismo carro, en lugar de convertir aquel pacto de caballeros en algo sucio y barriobajero». Así se manifestó Tomás Fole al ser preguntado sobre los acuerdos que estaría dispuesto a cerrar con el PSOE, toda vez que, pronostica el regidor saliente, los socialistas tendrán que llamar a su puerta «y no solo por cuestiones de protocolo o cortesía».

En la que probablemente fuese una de sus últimas intervenciones al frente del gobierno local, Fole habló a un tiempo como regidor y como jefe de la oposición. Así, mientras defendía el lote de obras que su equipo ha puesto en marcha tras ser derrotado en las urnas, el número 1 del PP pedía transparencia a sus sucesores y se permitía ofrecerles toda una serie de consejos.

«¿Por qué no pacta el BNG?»

Fole Díaz reclamó del socialista Alberto Varela «prudencia en los anuncios». Sobre todo en la idea de recurrir a una suspensión de licencias como fórmula para frenar el desembarco de Alcampo en la antigua parcela de Fexdega, que el alcalde del PP deja encaminado: «Pueden poner en peligro proyectos que están en marcha y posibles inversiones, así que desde la oposición le pediremos que aclaren todo ese tipo de medidas». Pero, además, acusó a su sucesor y a la nacionalista María Villaronga de actuar sin transparencia: «No sabemos en que términos están negociando o qué ha sucedido para el que el BNG se niegue a pactar, ¿qué lo imposibilita, cuál es el punto de inflexión?»., se pregunta.

Llamada cinco minutos antes

Fole, que durante el martes no cogió el teléfono a Varela, recordó que el socialista sigue trabajando en el Concello y se extrañó, por ello, de que no hubiese acudido en persona al despacho de la alcaldía. En cualquier caso, el regidor saliente sí afirmó haber telefoneado al próximo alcalde -en realidad lo hizo cinco minutos antes de su comparecencia- para plantearle un calendario de reuniones sobre el traspaso de poderes. Ahí comenzaron una serie de críticas ante lo que el popular quiere pensar «son fallos que obedecen a la falta de experiencia, no a la mala fe». Así, Fole considera que el hecho de que el líder del PSOE prefiera reunirse con los diferentes concejales conservadores, para después distribuir competencias entre los miembros del siguiente gobierno, es «poco operativo». En realidad, él hubiese preferido que «las reuniones se celebrasen con las personas que van a gestionar las diferentes áreas, pero, claro -añadió en forma de puya- ni siquiera saben si gobernarán o no en solitario».

Tiempo para formar gobierno

Puestos a ello, Tomás Fole pidió «prudencia» a su homólogo socialista, recordándole que no debe «precipitarse» a la hora de pactar un gobierno, pues el pleno del día 13 servirá para constituir la corporación, mientras que la fórmula de gestión se podrá acordar en una sesión posterior, centrada en su funcionamiento práctico. «Hay falta de conocimiento o ánimo de hacerse ver, porque andan entregando premios en actos aun sin formar parte de la corporación», concluyó el todavía regidor popular, que se ofrece para «tranquilizar a la ciudadanía».

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