Las franquicias trampa frente a los negocios con historia que cierran sus puertas
VILAGARCÍA DE AROUSA
Hace unos años, en Vilagarcía abrieron sus puertas, en apenas unos meses, varias tiendas de cigarrillos electrónicos. «¿Que foi delas?», se preguntaban ayer en la sede de Agtamar-UPTA. Acabaron engullidas por un mercado en el que no tenían espacio porque el negocio no era tan bueno como parecía. «Nestes momentos, o negocio de moda son as tendas de carcasas de móbiles», afirmaban ayer desde la organización. Desde allí alertan de la proliferación de franquicias poco seguras, que alientan negocios condenados de antemano. Frente a esa situación se encuentran establecimientos comerciales con largas historias a sus espaldas y que no consiguen seguir vivos tras la jubilación de sus titulares.
Los autónomos, que reivindican su peso en el tejido económico de la comarca (alrededor de un 20 %), reclaman un cambio de políticas que permitan consolidar los negocios que ya están en marcha. «O outro é facer políticas de maquillaxe», explica Eduardo Abad. Exige, además, que las distintas administraciones se coordinen. Porque esto es tarea de todos: gobierno central, autonómico, diputaciones y concellos.