Tizas bendecidas y fórmulas en las puertas para proteger el hogar
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VILAGARCÍA DE AROUSA
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El cura de Carril recupera de la tradición católica anglosajona una antigua práctica, cuyos trazos pueden observarse en varias casas de la villa arousana
30 ene 2022 . Actualizado a las 01:55 h.En una comarca en la que la edad media de los sacerdotes ronda los 76 años, Eduardo Amado (Betanzos, 1989) constituye toda una excepción. Su juventud no es el único motivo. El de Carril, en Vilagarcía de Arousa, es de los pocos curas que visten sotana. Licenciado en Derecho por Salamanca, máster de Estudios de la Unión Europea y titulado en Filosofía y Teología Fundamental, nuestro hombre no alberga ningún complejo a la hora de recurrir a los instrumentos que su fe y la Iglesia ponen a su disposición para enfrentar la vida cotidiana. La suya propia y la de los fieles de la parroquia de Santiago. En abril del 2020, en pleno azote de la pandemia, no dudó en trasladar la imagen de San Roque desde su pequeña capilla, en lo alto del monte de A Tomada, hasta el templo principal de la villa arousana. Lo hizo acompañado de cuatro jóvenes costaleros. Una tarde oscura y ventosa imprimía a la escena un aire de otros tiempos, pero él mismo explicó, poco después, que se trataba de una rogativa de protección frente al coronavirus dirigida a quien, al fin y al cabo, es el santo abogado contra las pestes. Nada extraño a la ortodoxia católica.
Desde el Día de Reyes, unas inscripciones marcadas a tiza pueden observarse en las puertas de varias casas de Carril. A dos dígitos, 20, les siguen las letras C M B para que la secuencia concluya con otros dos números, 22. Entre unos y otros figuran varias cruces intercaladas. El asunto, que llama la atención, responde, como la rogativa en pandemia, a la mano del párroco. Se trata de un rito para bendecir el hogar en Epifanía, la adoración de Jesús por los Reyes Magos, y en ausencia de sacerdote.

En la misa del 6 de enero, Eduardo Amado bendijo unas tizas que a continuación entregó a quienes quisieron cogerlas. En la puerta de la iglesia, les mostró cómo trazar el mensaje, 20 + C+ B + M + 22, en el dintel de acceso a sus propias viviendas, al tiempo que se recitan en familia dos breves oraciones. La primera de ellas: «Los tres Reyes Magos, Gaspar, Melchor y Baltasar, siguieron la estrella del Hijo de Dios que se hizo hombre dos mil quince años atrás [no se extrañen, existen desajustes a la hora de computar el tiempo transcurrido; cosas de los calendarios y sus disputas]. Que el Señor bendiga este hogar y nos acompañe durante este nuevo año. Amén».
Muy frecuente en Alemania
«Es un rito antiguo que no tenía implantación en Galicia ni en España, pero sí es muy frecuente en los países anglosajones y, sobre todo, entre los católicos de Alemania», explica el párroco carrilexo. Allí, por lo visto, los niños salen de misa el Día de Reyes provistos con sus tizas. Recorren su vecindario cantando villancicos y trazando este mensaje protector en las puertas de quienes les ofrecen un aguinaldo. «Está contemplado en los libros de la Iglesia, y con él, además de la bendición, quise que el sentido religioso de la Navidad llegase también a las casas y a las familias, no solo su aspecto comercial», añade el sacerdote.
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Simbología acerca de las puertas como elemento liminal, en su transición entre lo doméstico y lo público, no falta. Ni en la Biblia, recordemos la matanza de los primogénitos en Egipto y las marcas que protegieron las viviendas del pueblo judío, ni en las tradiciones populares del país, como ciertas plantas, en ocasiones simples cruces, que, colocadas o pintadas en ellas, salvaguardan el hogar, el establo y sus habitantes de cualquier mal, en especial el de ojo, temido como pocos.
Tampoco es complicado interpretar la fórmula. Más fácil, desde luego, que recuperar partes de la misa en latín, algo que, al menos de momento, no ha cuajado en Carril. Los números se corresponden con los del año recién estrenado. Las letras son las iniciales de los nombres de los reyes (Gaspar, en latín, se escribe Caspar). Las cruces, cruces son.