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Un perro arranca un ojo a su yorkshire y el juzgado archiva el caso y califica lo ocurrido como un «delito leve sin especificar»

r.e. VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

Martina Miser

Ocurrió en Vilagarcía; el animal herido tuvo que ser intervenido pero logró salvar su vida

21 ene 2023 . Actualizado a las 20:15 h.

Cada vez que saca a Toy a la calle, Ángel nota cierta desazón moviéndose en el fondo de su estómago. «No digo que salga con miedo...», dice este vilagarciano, que hace cuatro meses vivió una pesadilla. Había salido con su compañero de cuatro patas a recorrer la ciudad cuando, en su misma calle, Fariña Ferreño, oyó unos ruidos extraños. «Al mirar hacia atrás, vi a una mujer que intentaba agarrar a su perro, de color negro, sin bozal, que tiraba de ella muy inquieto y que se abalanzó sobre el mío», relata. «En lo único que pensé entonces era en sacar a Toy de debajo del otro animal». Cuando lo logró se quedó horrorizado: el pobre can «tenía un ojo colgando y sangraba como una fuente».

En aquel momento, Ángel solo pensaba en salvar a Toy. Así que no pudo ver como el otro animal y su dueña hacían mutis por el foro, como si no hubiese pasado nada. «Había gente por allí que salió detrás de ella pero ya no la encontraron», relata Ángel, que aquel día de septiembre puso rumbo a la clínica veterinaria de Os Duráns, donde Toy tuvo que ser operado. No se pudo hacer nada por salvarle el ojo, pero al menos salvó su vida. El informe de la clínica dice que el animal «mostraba herida por mordedura en cabeza y prolapso en ojo derecho. Ante la gravedad de la situación, fue intervenido quirúrgicamente en nuestra clínica, realizándole la enucleación completa de dicho ojo».

Ese documento fue uno de los que Ángel adjuntó a la denuncia que presentó ante la Policía Nacional tras lo sucedido. «Estoy jubilado y Toy es parte de mi vida desde hace ocho años», explica. El pequeño yorkshire se ha convertido en parte importante de sus días y es fácil de imaginar, dice, «lo mal que lo pasé en los primeros momentos, cuando vi que tenía un ojo colgando». «Lo que me gustaría es que sucesos como el que les relaté no se repitan y se castiguen comportamientos que no deberían tener cabida en esta sociedad», explica Ángel, y señala que ese es el ánimo con el que presentó la denuncia. Buscaba el respaldo de la Justicia, pero no lo encontró: la propietaria el otro perro fue identificada, pero todo el asunto fue archivado por el juzgado, que considera o ocurrido como un «delito leve sin especificar».

«No entiendo de leyes, por lo que no cuestiono la decisión judicial, pero considero que mis derechos fueron atropellados y que soy víctima de una injusticia», dice Ángel, que querido hacer público su caso para «advertir a quienes pasean con sus perros por Vilagarcía de que podrían verse en mi situación».