La aceituniña, un rincón en la plaza en el que comprar «lo mejor de aquí, de allí y de allá»

A Raquel Albaladejo la delata el acento. «Conozco Vilagarcía desde hace muchos años, pero ser soy de Madrid, aunque viví en Asturias mucho tiempo. Aquí llegué hace cuatro años», cuenta. Ella y su marido echaban en falta en la capital arousana un lugar en el que comprar encurtidos buenos. «Y un día pensamos, ¿por qué no lo montamos nosotros?». Puestos a buscar un lugar para hacerlo, no tardaron en mirar hacia la plaza de abastos de Vilagarcía, donde han encontrado un espacio a su gusto y a su medida. «La verdad es que nosotros siempre fuimos consumidores de plaza, y pensamos que un producto así, diferente, podía encajar. En otros puntos de España es habitual encontrar este tipo de establecimientos en la plaza». Así nació La aceituiña, en cuyo escaparate encontramos olivas en distintas preparaciones, boquerones, anchoas, fabas asturianas... «Nuestra idea es que aquí puedas encontrar lo mejor de aquí, de allí y de allá. Que puedas hacer un recorrido por lo mejor de la gastronomía de toda España», expone. Raquel sabe que hay quien considera las plazas un modelo caduco. Ella no lo ve así: los mercados, dice, son espacios muy atractivos para el comercio porque «la gente, aquí, viene a comprar». Y normalmente, quien cruza el umbral de estos establecimientos son clientes que reconocen y valoran la calidad de los productos. En el caso de la plaza de Vilagarcía, la nueva incorporación a la nómina de vendedores no se atreve a emitir aún muchos juicios de valor. «Soy una recién llegada», señala. Pero considera que debería hacerse un esfuerzo por convertir la experiencia de la compra en «algo lúdico, mezclar más consumo y ocio como se hace en otros mercados de la zona». Considera preciso facilitar el aparcamiento a quienes vienen de fuera del casco urbano, «que es mucha gente». Y, por supuesto, encontrar nuevos clientes en las redes sociales. Ella está en Instagram. Búsquenla.

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