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Cinco por qués: la clave para cimentar cualquier negocio

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

Martina Miser

Alumnos de los ciclos de Informática del IES Cotarelo aprendieron ayer algunas de las claves para «emprender e sobrevivir ao intento»

03 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

«Emprender e sobrevivir ao intento». Ese fue el lema bajo el que este jueves se desarrolló en el instituto Cotarelo Valledor (Vilagarcía), una jornada enmarcada en el programa Aulas de Emprendemento. Ayer, durante toda la mañana, estudiantes de los ciclos de Informática en todos sus niveles —desde el básico al superior—, realizaron juegos, recibieron charlas y asumieron el reto, ¡ni más ni menos!, de resolver el problema de la contaminación marina. La iniciativa, desarrollada con la colaboración de la Rede Eusumo y financiada a través de los fondos del Plan de Cooperación Territorial, tenía un objetivo central: conseguir que el alumnado «non lle teña medo á posibilidade de emprender», en palabras de la profesora Alicia Rodríguez.

Bien es cierto que la jornada estaba dirigida a un grupo de jóvenes que han elegido una rama «cun alto gardo de empregabilidade». «Pero do que se trata é de que vexan que hai máis camiños que o de traballar por conta allea. E que emprender non ten que ser nin un proceso solitario, nin que necesariamente precise de moita inversión», señalaba la docente. «É certo que co grao de empregabilidade que hai neste ámbito, a xente que se decida a emprender vai ser xente que realmente quere desenvolver un proxecto»; poner a su alcance herramientas que les puedan ayudar en ese momento es crucial para aprovechar todo el talento que nos rodea.

Un escape room para conocer los pasos del proceso emprendedor abrió la jornada y rompió el hielo con el más de medio centenar de participantes en esta actividad. El alumnado descubriría después, de la mano de Ana Olveira, de la consultora Abeluria, que el emprendimiento no tiene que ser, necesariamente, un proceso solitario: les presentó las distintas maneras en las que se puede hacer germinar un negocio que siempre, siempre, debe partir de dar solución a una necesidad detectada en el entorno.

Luego, Marcos Saavedra se puso al frente del taller. Se autoproclamó friki, «porque frikis son os que pensan de forma diferente, e os que poden resolver os novos problemas», dijo. Y como quiera que ante él había muchas personas que se reconocían frikis, lanzó un reto: divididos en grupos, debían formular ideas y proyectos para acabar con un problema que en Arousa conocemos bien, por la cuenta que nos trae: la contaminación marina. Hasta llegar a la exposición final de sus ideas, los estudiantes tuvieron que cubrir una serie de etapas con herramientas limitadas —unas notas adhesivas un rotulador— y su capacidad de análisis.

De la mano de Saavedra fueron descubriendo algunas de las claves del éxito: los miembros del equipo deben conocerse bien y deben definir con precisión el problema al que pretenden dar una solución. Para ello, es necesario volver a la infancia y a aquellas cadenas de «por qué» que exasperan a los adultos pero ayudan, sin duda, a crecer. «Tedes un problema. Por que o tedes? Cando contestedes a esa pregunta, volvede preguntarvos por que. E así ata cinco veces», explicó Saavedra. De esa manera se alcanza la raíz del asunto, el punto sobre el que se debe construir cualquier solución que aspire a ser eficaz, a tener éxito. Y eso vale para un negocio en ciernes y para cualquier otra situación vital que exija serenidad, creatividad, capacidad de trabajar en equipo... Porque emprender, al fin y al cabo, no deja de ser una forma de afrontar la vida.