Los vilagarcianos buscan ante el Polvorín su segunda victoria consecutiva
06 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Faltan todavía algunas semanas para el Samaín, pero parece que el Arousa ya ha conseguido espantar esos fantasmas que se habían presentado tras su pésimo inicio de temporada. Tres derrotas consecutivas y una racha que se rompió en un escenario que dio más relevancia a la victoria del conjunto que entrena Michel Alonso porque fue en el campo del Vilalbés, uno de los equipos llamados también a pelear por conseguir el ascenso. Ahora, y ante la esperanza de los arlequinados de aumentar la racha de victorias, se presenta otro de los gallitos de la categoría: el Polvorín (A Lomba, 17.00).
El conjunto lucense está, de hecho, instalado en la parte alta de la clasificación, con siete puntos producto de dos victorias y un empate en los cuatro encuentros que disputó. Equipo filial, con lo que no se sabe nunca si es mejor encontrárselo al inicio o al final de la competición, pero equipo potente que peleará seguro hasta el final de temporada para regresar a esa Segunda RFEF que abandonó hace cinco campañas.
Mejorar la imagen en A Lomba
La receta del conjunto de Michel Alonso será la misma de anteriores partidos, intentando llevar la manija y el ritmo del encuentro. Llegan los arlequinados con la intención de hacer olvidar las sensaciones que dejaron en su anterior comparecencia en A Lomba donde, más allá de la derrota, quedó en el aire una cierta sensación de impotencia, de falta de ideas, que no dejó un regusto nada bueno en la parroquia arlequinada.
A partir de ahí, y con esa jerarquía en el juego que se le espera a un candidato al ascenso por plantilla y presupuesto, la clave estará en, el acierto, que le ha sido esquivo al conjunto de Vilagarcía en las primeras jonrada de la competición.
El conjunto que prepara Michel Alonso se presenta al encuentro con la baja confirmada de Felipe Peredo, que con un esguince en el ligamento de su rodilla se perderá al menos los dos próximos meses de competición y con la duda de Duque, a la espera de solventar los trámites burocráticos con la llegada de su tránsfer internacional —jugó durante el pasado verano en la liga australiana— para poder tramitar su licencia.