Así será ahora la vida de los Mozos de Arousa: Borjamina quiere descansar, Raúl se volcará en la política y Bruno seguirá estudiando

Bea Costa
bea costa VILAGARCÍA

VILAGARCÍA DE AROUSA

Mediaset

Se quedaron sin dar las campanadas de Telecinco, pero las darán en su ciudad, Vilagarcía, el día 31 al mediodía

26 nov 2024 . Actualizado a las 13:51 h.

Los Mozos de Arousa llevan días de locura. Desde que la semana pasada trascendió la noticia de que dejaban el concurso Reacción en Cadena se han convertido en un asunto de interés nacional. Son legión los que querían saber cómo fue la derrota a los Mozos, un capítulo que forma parte ya de la historia reciente de la televisión en España. Los medios de comunicación, los amigos, la familia... todos les preguntaban, pero había que guardar el secreto hasta el último momento, y su gente supo guardarlo.

El 7 de noviembre de 2024 no se les olvidará. Ese día grabaron su último programa en los estudios Picasso y, reconocen, los cogió por sorpresa. «Con el pie cambiado», cuenta Bruno Vila. No fue su mejor programa e ir de primeros en la ronda de Complicidad Ganadora los puso nerviosos. Solo obtuvieron 7 aciertos de su propio récord, 17, y Los Alhambraos aprovecharon la oportunidad. La palabra «hilo» los puso por delante y estalló la euforia de los granadinos mientras la realización enfocaba hacia los rostros de los invencibles. Raúl, Bruno y Borjamina no podían disimular su estupor, aunque a 30 segundos de acabar la prueba ya se les veía la cara de preocupación. Como no podía ser menos en ellos, recibieron el golpe con una sonrisa y felicitando a sus rivales. Después llegaron las lágrimas, de Ion Aramendi (el presentador), de Bruno, de Raúl y de otros miembros de la gran familia de Reacción en Cadena detrás de las cámaras. Borjamina fue el que se mantuvo más sereno: «Soy una persona a la que le cuesta llorar». Había que digerir el disgusto, pero, «pensaba que iba a ser peor», reconoce.

Pasada la resaca del día después la gran pregunta es, ¿y ahora qué? Raúl Santamaría avanza que va a volcarse en la política en su condición de diputado del PP en el Parlamento de Galicia y concejal en el Concello de Vilagarcía. Su faceta televisiva la impedía dedicarse al cien por cien a esta actividad, hasta el punto de que tuvo que renunciar a la dedicación exclusiva cobrando la mitad del salario (2.700 euros netos al mes) y ausentándose de más de un pleno y comisión parlamentaria. Sus obligaciones como concursante le suponían desplazarse cada dos semanas a Madrid para grabar durante tres días nueve programas y esto era difícilmente compatible con la agenda parlamentaria. A partir de ahora ya podrá estar al cien por cien, a todos los efectos, también en el Concello de Vilagarcía, porque la política local, la cercanía a la gente, es lo que más le gusta, explica.

Así pues, sus oposiciones como profesor —para lo que estudió y llegó a hacer prácticas en su colegio de la niñez, la Sagrada Familia de Vilagarcía— quedan aparcadas, aunque no descartadas. La docencia siempre estará ahí, como tampoco dice no a seguir ligado al mundo audiovisual, donde además de concursante estrella llegó a actuar como figurante en series como Clanes y Vivir sin Permiso.

Su hermano Borja Santamaría y Bruno tampoco cierran esta puerta. Ambos lo supeditan a que los proyectos que les planteen les resulten atractivos a nivel personal y profesional. «No voy a seguir en la televisión a toda costa», señala Borja, el veterano del grupo. Entre tanto, los Mozos dibujan un escenario de vuelta a la normalidad en la medida de lo posible. «Voy a tomarme un descanso», cuenta Borja, y volcarse en la asociación, Arousa Moza, que ha tenido que relegar debido a sus compromisos televisivos. Acudieron a Reacción en Cadena para ganar dinero con que comprar un local para la asociación, y van sobrados. Pero, de momento, se conforman con alquilarlo. Está cerca del parque Doctor Fleming de Vilagarcía y lo inaugurarán en las próximas semanas.

Por su parte, a Bruno le toca hincar los codos. Acaba de retomar los estudios de Derecho que tuvo que abandonar en el último curso, hace año y medio. Pero «como esto no iba a durar toda la vida», decidió volver a matricularse el pasado septiembre, vía online a través de una universidad de Madrid, porque acudir a las clases en Santiago era complicado. Le faltan unas asignaturas para acabar la carrera y en cuanto se gradúe lo tiene claro: la toga de abogado no la va a vestir. La abogacía no le atrae, pero la titulación sí puede abrirle las puertas para trabajar en alguna institución internacional «como la ONU o la Cruz Roja», explica.

Con un cheque de 2,6 millones de euros en la mano —de los cuales el 47 % se van para Hacienda— a los Mozos de Arousa la vida les sonríe. Raúl Santamaría con 26 años se ha comprado ya una vivienda, Bruno, con 23, va a independizarse «porque no le voy a seguir pidiendo dinero a mis padres», apunta, y Borjamina podrá por fin desarrollar como siempre quiso su proyecto en Arousa Moza. Esperan que la fiebre mediática y el fenómeno fan se vaya mitigando con el paso del tiempo, aunque todo indica que los Mozos seguirán dando mucho que hablar.

Telecinco les ha dejado sin poder dar las campanadas de Fin de Año, pero, pese a la decepción inicial, están muy agradecidos a Mediaset por todo lo vivido. Y lo que les queda por vivir. Raúl, Borja y Bruno no estarán la noche del día 31 en la Puerta del Sol, pero sí en la plaza de Ravella, en su ciudad, Vilagarcía, para dar las campanadas del mediodía y tomarse las uvas en una fiesta mañanera que ha convertido en ya en un clásico y que, con los Mozos, alcanzará todavía más proyección. «O goberno local non só quere amosar o seu recoñecemento pola labor de difusión de Vilagarcía e de Arousa que veñen facendo estes tres rapaces durante os últimos meses, senón tamén á súa continúa colaboración co concello en diversas actividades e especificamente na Toma das Uvas», señala el gobierno local. Con esto se pone fin a las discrepancias habidas en su día entre el Concello y Arousa Moza por el uso de un local para la asociación y se abre una nueva etapa que los Mozos celebran y aplauden. «Todo lo que hicimos fue pensando siempre en Vilagarcía», señala Raúl.