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El baile de Coyote Dax y la hoja de bacalao han vuelto a Corón para quedarse

Bea Costa
bea costa VILANOVA / LA VOZ

VILANOVA DE AROUSA

Martina Miser

El centro cultural retomó los bailes dominicales aparcados por la pandemia

09 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La variante Ómicron no les va a aguar la fiesta, no mientras puedan evitarlo. La asociación cultural Familias Rurais Vista Real (Vilanova) retomó este domingo sus bailes dominicales y ya tiene contratadas actuaciones hasta mediados de febrero. La pandemia obligó a aparcar los pasodobles y los valses durante meses, así que tienen mucho por recuperar. Bailar les rejuvenece, les sana el cuerpo y la mente, dicen, y este club de septuagenarios y octogenarios no quiere dejar pasar un minuto más sin mover el esqueleto, porque lo suyo sí que es bailar, no como la juventud «que cando bailan quedar a durmir, non moven os pés».

Les dan a todo —aunque a Antonio el tango sigue atragantándosele—; si hay que soltarse y dar vueltas con el «No rompas más...» de Coyote Dax, se hace, si hay que tocar palmas, se tocan, y si se saben la letra tampoco dudan en ponerse a cantar. La cuestión es pasarlo bien, y el baile les ofrece el mejor pretexto para dejar el sofá y la tele, ir a la peluquería y sacar la corbata del armario. El auditorio coincide en señalar a Lola como la mejor bailarina y a Ángel como el más servicial y comprometido con la causa. Con sesenta años, es el benjamín del grupo, y, curiosamente, el más veterano en la asociación nacida hace diecisiete años.

Corón se ha convertido en un referente para los bailes de los domingos, en Vilanova y comarca. Hasta de Noia y Moaña acuden parejas con ganas de pasárselo bien. La música es el principal aliciente, pero hay más. Ver a los amigos, entrar en el sorteo de la hoja de bacalao y de los cinco litros de aceite —el pasado domingo el premio se fue para Pontecesures— o recibir ese ramo de flores con el que se homenajea a los más longevos del salón. Este domingo fue para Josefina Gestoso, con 83 años, y Manuel Fernández, con 85. En Corón son un clásico, y tras 17 años gastando pista, siguen al pie del cañón. Como ellos, la inmensa mayoría acuden emparejados. Allí lo de ir a buscar novio o novia no está bien visto; «iso é para A Luna», comentan. Hubo un tiempo en que antes de que sonara la cumbia se organizaba una partida de cartas. Con el covid todo eso ha cambiado, eso y mucho más porque quién iba a imaginarse que el carmín rojo de los labios iba a quedar oculto tras una mascarilla. Cuesta acostumbrarse y algunos siguen sin atreverse a dar el salto a la nueva normalidad. «Aínda hai xente que ten medo».

Martina Miser

El alcalde Gonzalo Durán propugna que el coronavirus no debe dejar a sus vecinos la alegría de vivir, y esta asociación se ha tomado el consejo al dedillo. Tanto es así que el Concello ha elegido la casa de cultura de Corón para celebrar dos talleres de bachata y salsa del próximo 18 de diciembre y es con ayudas municipales como se pueden pagar los conjuntos de los domingos, porque los cien euros de la cuota anual de socio no alcanzan.

No es el único lugar donde los mayores han vuelto a danzar, y hay que hablar de mayores porque el personal de sesenta y cincuenta años no se atreve con un bolero. A falta de verbenas, el Concello de Cambados también ha movido ficha y ha reconvertido el salón Peña en una pista de baile para entrar en calor y socializar en los fríos domingos del invierno. Y a la vista está que la fórmula tiene éxito.