
El azar tocó a los clientes de dos bares de las parroquias de Xuño y Miñortos El gerente de la Administración número 1 de la localidad coruñesa de Porto do Son, Juan José Vilas Rodríguez, Nito, repartió la friolera de 1.008 millones de pesetas (unos seis millones de euros) del número 11092, agraciado con el tercer premio. Sólo diez décimos quedaron en el casco urbano, el resto fueron a parar a sendos bares de las parroquias de Xuño y Miñortos, donde ayer por la mañana la bebida oficial era el cava. Los besos y abrazos proliferaban entre todos los que se acercaban a celebrarlo.
22 dic 2000 . Actualizado a las 06:00 h.María José Fernández hacía las camas cuando, sobre las doce, la radio anunció: 11092. Temblando de nervios bajó al piso inferior, donde está el bar que regenta, el Mariño, porque sabía que ése era el número al que se abonó hace cinco años y que ayer dejó 576 millones en Xuño. Pronto comenzaron a llegar los agraciados. Los más rápidos fueron unos albañiles que se afanaban en una obra cercana. Una hora después, el local era un hervidero de alegría de los afortunados: jubilados, marineros en paro, un carpintero.. Mientras repartía besos y abrazos, la benefactora no cesaba de repetir: «Está moi repartidiño, ¡que ben!». Especialmente cariñoso fue el encuentro con la chica que reparte el pescado, Mari Carmen: «Todos los días a las once tomo un café, y un día compré un décimo», decía casi sin creérselo. Pero este número aterrizó en Xuño con ánimos muy viajeros. Los numerosos emigrantes de la parroquia lo hicieron llegar a sitios como Nueva York, Mallorca o Lanzarote. De los 140 décimos tocados por la fortuna, cincuenta se vendieron en la única taberna y tienda de ultramarinos de la pequeña aldea de Miñortos, la de Maruja, en la que ayer también abundaron el champán y los abrazos. No es para menos, ya que la fijación de la propietaria del negocio, Mariví Fabeiro, con esta terminación ha permitido que 360 millones hayan ido a parar a los bolsillos de unos cincuenta vecinos, entre los que figuran marineros del cerco, mariscadores perjudicados por el temporal, jubilados y empleados de una fábrica maderera.