Armadores del palangre de Ribeira intensifican los contactos en Marruecos para regresar al caladero
BARBANZA

Los empresarios ya se deshicieron de la tercera parte de la flota y sólo el 30% de los marineros continúa sin empleo «Imos ver si hai outros conductos para entrar en Marrocos». Así se expresó ayer un armador ribeirense ante la confirmación de una noticia que no ha cogido por sorpresa al colectivo: España rompió definitivamente las negociaciones con Rabat y prepara un plan para reconvertir la flota. Los empresarios intensificarán los contactos para poder regresar al banco canario-sahariano mediante acuerdos privados u otras fórmulas, a excepción de la constitución de empresas mixtas, una opción que no consideran rentable. De todas formas, en Ribeira sólo quedan ya 40 de los 60 barcos existentes al acabar el convenio; los demás se vendieron.
26 abr 2001 . Actualizado a las 07:00 h.La decisión de los Quince fue la confirmación de una muerte anunciada. Ahora sólo cabe «tirar para adiante», reconocieron fuentes del sector, que anunciaron que se retomarán e impulsarán los contactos en Marruecos para sacar una serie de proyectos a través de los cuales confían en regresar al banco canario-sahariano. Un armador declaró que «eu non sei si de forma privada poderemos facer algo, senón teremos que desguazar, pero nós imos intentalo». Otro se pronunció en similares términos: «a ver si hai outro conducto para entrar en Marrocos». Esta Redacción trató de ponerse en contacto con el presidente de los armadores, José Francisco Arestín, que se encuentra de viaje en África, para conocer con detalle los planes y formúlas que pretenden desarrollar, pero fue imposible. De todas maneras, las fuentes consultadas abogan más por los acuerdos privados que por la constitución de empresas mixtas, ya que «non sería rentable». Aparte de que el 51% tendría que ser de capital marroquí, se plantean otras trabas como la inseguridad jurídica, por lo que «facelo sería casi o mesmo que o desguace». También hay empresarios que estarían dispuestos a desguazar «si pagan ben». En este sentido, otro armador, que prevé ampliar en seis metros uno de sus barcos para faenar en otros caladeros, aseguró que prefiere invertir ese dinero en la construcción de buques «para ir a outros sitios». De los 60 barcos existentes al remate del último convenio, quedan unos 40, pues el resto fueron vendidos para trabajar en Namibia e ir al pez espada. En cuanto a las tripulaciones, según la Asamblea de Mariñeiros, sólo 180 de los 600 marineros continúan cobrando la ayuda, pues el resto «buscouse a vida noutros sitios». Y de los que quedan, el 50% están en edad de prejubilarse: «O que máis preocupa é a situación dos de 40 en adiante; esto foi un fracaso total».