
Pequeños murales con macarrones pintados, cartulinas en las que aparecen dibujados todos los miembros de la familia o variopintos muñecos elaborados con cartón y papeles de colores serán los regalos que, sin duda, más gustarán a los padres barbanzanos. Para que los niños pudiesen dibujar hoy la sonrisa más grande del mundo en el rostro de sus progenitores, durante toda la jornada de ayer se afanaron en las aulas. Los pinceles, el pegamento, los lápices de colores, los folios y las ceras fueron el principal medio de trabajo de los alumnos más jóvenes de los centros educativos del área barbanzana. Con muchas horas de esfuerzo y dedicación, los chiquillos de la zona lograron realizar los objetos con los que harán las delicias de sus progenitores en el día de su particular homenaje.