
Reportaje | Una empresa líder en su actividad A lo largo del 2003, el establecimiento boirense cerró 200 transacciones, que se repartieron a partes iguales entre vehículos nuevos y usados
24 mar 2004 . Actualizado a las 06:00 h.José Manuel Abelleira, propietario del servicio oficial líder en ventas de Ford a nivel gallego, sostiene con una vehemencia propia del que sabe tratar a sus clientes que lleva la venta de automóviles en la sangre. La aseveración queda totalmente demostrada si se atiende a los resultados cosechados el pasado año por su negocio, Motor Boiro, que consiguió comercializar, a lo largo del 2003, un total de 200 automóviles, repartidos casi al 50% entre vehículos de primera y segunda mano. Llama la atención de su currículo la precocidad con la que empezó a despachar automóviles. A los trece años comenzó a desarrollar sus dotes de persuasión en el mundo de las transacciones vendiendo Austin Morris en la empresa noiesa Talleres P. Vidal. «Corrían los años sesenta y los minis hacían furor», recuerda con nostalgia. Allí continuó hasta que, en los setenta, abrió con su mentor un concesionario Ford en la misma villa y, finalmente, decidió emanciparse en el año 1987 y dotar Boiro de su propio servicio oficial de la misma marca. El secreto, el equipo Motor Boiro se convirtió rápidamente en una auténtica máquina de ventas. Sus doce empleados han conseguido granjearse la confianza de los clientes, tanto en ventas como en reparaciones. «El secreto es que cuento con un equipo que ofrece un servicio que hace que el cliente vuelva», dice Abelleira, que asegura que el 90% de los coches que vende son adquiridos por personas que retornan después de adquirir uno anteriormente. El pasado ejercicio fue redondo para Abelleira, que el primero de agosto trasladó la sede del punto Ford boirense -uno de los sesenta de toda Galicia- al polígono de Espiñeira, del que fue elegido hace unas semanas presidente de la asociación de propietarios. El único punto negro de la campaña 2003 ocurrió, precisamente, 72 horas después de la inauguración de la nave. Unos ladrones abrieron un boquete en una pared del edificio, recorrieron el concesionario tranquilamente durante la noche y llegaron incluso hasta el propio despacho del gerente, burlando todas las medidas de seguridad electrónicas de que dispone.