José Manuel Orellán hizo referencia a la importancia de la lonja de Ribeira en el sector pesquero gallego. El responsable de las instalaciones comentó que a este puerto acuden embarcaciones procedentes de diversas localidades gallegas, e incluso de Asturias, para vender sus capturas, atraídas por los precios.
La flota del arrastre es el principal motor de las transacciones en la rula ribeirense. En este puerto tienen su base unas treinta naves, pero también descargan con bastante regularidad otras cuarenta unidades procedentes de distintos puntos de Galicia.
A la ciudad ribeirense también acuden armadores de embarcaciones de artes menores de otros municipios de la comarca para vender sus capturas. Principalmente centolla, pulpo y nécora. Además, es frecuente ver en el puerto cerqueros que tienen base en otras localidades.
La nueva ley de pesca permitirá al sector pesquero vender sus capturas sin necesidad de pasar por la lonja, aunque tengan que reflejarse en los libros de contabilidad de la rula.
Según el responsable del recinto de subastas, esta decisión no gusta nada a los compradores, pues no tendrán las mismas oportunidades que aquellos que hacen la transacción directamente con el armador. «Isto non é bo. Creo que o peixe debe expoñerse na rula», dijo José Manuel Orellán.
Todos los días acuden al recinto ribeirense alrededor de doscientos compradores procedentes de diversos puntos de Galicia. Además de pequeños intermediarios, también hacen sus compras empresarios y conserveros. La exportación de pescado, principalmente de jurel, es una actividad que va en aumento, debido a la demanda procedente de Portugal.