La confianza y la antigüedad aún es sinónimo de garantía entre comercializadores y vendedores

La Voz

BARBANZA

02 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La veteranía es un grado y, al mismo tiempo, un motivo más de confianza. En la comarca hay cofradías que impusieron la implantación de los avales hace algunos años. Sin embargo, a las empresas o compradores que llevan toda la vida haciendo transacciones algunas entidades marineras no les exigen una garantía para hacerse con la mercancía.

Este es el caso del pósito de Aguiño. El patrón mayor, José Manuel Oujo, indicó que los más viejos adquieren sus productos con normalidad. Eso sí, «os máis novos teñen que presentar un aval bancario coa finalidade de evitar sorpresas». El dirigente dijo que es normal que desde la entidad se intente asegurar el cobro, pues es el pósito el responsable de hacer frente a su importe.

En términos similares se expresó el responsable de la cofradía de de Porto do Son. Tomás Fajardo indicó que a los compradores de «toda a vida» no les exigen ningún tipo de garantía, pues hasta el momento, «non houbo ningún problema». Reconoció que a los más recientes se les pide un aval para evitar cualquier contratiempo, pues una deuda «pode provocar un importante contratempo ás arcas da entidade». El responsable de la cofradía también hizo mención a que desde la Xunta de Galicia les aconsejan que garanticen las transacciones con la finalidad de evitar sorpresas.

El pósito de Lira es otra de las entidades que también implantó las garantías entre los intermediarios más noveles. Eso sí, los compradores más antiguos gozan de la confianza de los dirigentes de la entidad y todavía siguen comprando sin tener que presentar documentos que garanticen el cobro.