La actividad de Voz Natura de la escuela de Outeiro se tornó en una clase de fauna

BARBANZA

22 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La actividad de Voz Natura que los pequeños de la escuela de Outeiro, del Colegio Rural Agrupado (CRA) de Rianxo, llevaron a cabo hace unos días se convirtió inesperadamente en una clase sobre la fauna del entorno en el que se encuentra el recinto educativo. Los alumnos participaban en una plantación de distintas especies en su jardín y en la huerta que están creando junto al centro cuando se encontraron con inesperadas sorpresas que provocaron que interrumpiesen su trabajo en más de una ocasión.

La profesora que da clase a los ocho niños de entre 3 y 6 años escolarizados en la unitaria de Outeiro se mostraba contenta con el resultado de la actividad: «Ademais de plantar, os cativos puideron coñecer un pouco da fauna da zona». No menos entusiasmados estaban los pequeños, que se toparon con una ardilla, una rana e incluso una pequeña serpiente. Lejos se asustarse ante el descubrimiento, los niños se mostraron muy interesados e hicieron preguntas a su maestra sobre ellos.

Proyecto

Entre interrupción e interrupción, los alumnos, los padres y también los abuelos que pudieron acercarse a la escuela para ayudarles, se emplearon a fondo en llevar a cabo todas las actividades previstas en el proyecto del centro para Voz Natura, el programa medioambiental que promueve la Fundación Santiago Rey Fernández-Latorre y que patrocinan la Consellería de Medio Ambiente, la Diputación de A Coruña, Sogama y Leche Celta.

Dentro de la iniciativa, Seguimos coidando o noso xardín , los escolares, que empezaron a trabajar a las nueve de la mañana, prepararon el jardín con grava antes de plantar distintas especies, entre ellas azaleas. Además, adornaron con flores sus macetas y una jardinera que colocaron a la entrada de la escuela. Asimismo, ampliaron su huerto con nuevos cítricos y algunos robles.

Semillero

Los niños de Outeiro cuentan también con un semillero en el que cultivan flores y vegetales de distinto tipo, como perejil e incluso lechugas.

Según explicaba su profesora, la idea es que los pequeños conozcan las distintas formas de plantar y cómo es todo el proceso de crecimiento de las plantas.

Además, en el caso de las lechugas, se pretende que los alumnos sean conscientes de que muchos de los productos que sus padres compran en el supermercado salen de la tierra y que incluso pueden cultivarlos ellos mismos sin dificultad.