Seguro que habrá muchos consumidores que vean impotentes como las capas de pintura que cubren las paredes de su casa se deterioran a pasos agigantados a causa de la humedad u otros factores ambientales, pero lo que pocos podrán contar es que la razón por la que el color de sus viviendas va desapareciendo poco a poco tiene que ver con el mundo animal, concretamente con los caracoles. Estos pequeños bichos son unos auténticos devoradores de pintura, según cuenta el propietario de una casa de O Bodión, en Boiro, que con el paso de los meses ha descubierto la razón por la que el granate de su vivienda deja paso al blanco que antes lucía su fachada.
Esta rocambolesca historia, que podría dar pie a un nuevo descubrimiento científico o a la receta de un producto para alimentar caracoles, comenzó a finales del pasado verano, cuando el afectado invirtió cerca de 6.000 euros en renovar el aspecto exterior de su vivienda. Solo tardó unos días en darse cuenta de que la pintura que había utilizado era un auténtico manjar para decenas de moluscos que trepaban por las paredes alimentándose del esmalte.
Enfado
Este curioso fenómeno no tardó en convertirse en un problema al comprobar que el color iba desapareciendo tras el paso de los caracoles y, de hecho, el propietario de la vivienda en cuestión está más que enfadado y amenaza con utilizar todas las armas a su alcance para denunciar lo que considera un engaño: «A min paréceme un fraude que me vendan unha pintura que é elástica, con non sei cantas cousas boas e sobre todo tan cara e despois resulta que o que levo para a casa é comida para caracois, non hai dereito a que se rían así da xente».
Y es que en varias zonas de las paredes del inmueble es fácil apreciar como el color ha desaparecido dejando al descubierto una capa de pintura blanca. Esto es lo que llevó al dueño de la vivienda a presentar una reclamación a la empresa, que en un principio le ofreció un par de cubos de pintura idéntica a la que había adquirido, algo que el afectado rechazó temiendo que los animales volverían a devorarla.
Pruebas
En cuanto a cómo es posible que este vecino de O Bodión sepa a ciencia cierta que los animales son los responsables de la desaparición de la capa de pintura, basta con coger uno de los ejemplares pegados a la pared y darle la vuelta para comprobar que aparecen manchados de pintura.
Es más, según cuenta el dueño de la casa, algunos de estos pequeños gasterópodos que acabaron espachurrados accidentalmente tenían en su interior la prueba del delito.