Las caritas tristes y alegres de los arenales boirenses

María López García
María López RIBEIRA/LA VOZ.

BARBANZA

Las patrullas medioambientales entregan ceniceros y chapas en tres playas

30 jul 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Si está en la playa y un agente infantil, vestido de naranja, se dirige a usted y le da una chapita con una cara alegre o una cara triste, no se asuste. Esta iniciativa forma parte de las actividades realizadas por las patrullas medioambientales en los arenales de Barraña, Mañóns y Carragueiros. Estas chapas, repartidas por niños con edades de 6 a 13 años, indican el nivel de civismo y de respeto al medio por parte de los bañistas.

Si los usuarios tienen un comportamiento responsable, serán premiados con una chapa con cara alegre. De lo contrario, si son pillados en una actitud poco cívica, los niños indicarán el mal comportamiento a través de una chapa con cara triste.

Este taller de concienciación medioambiental está promovido por la concejalía de Turismo de Boiro con dos finalidades. Por un lado, cumplir el requisito de ofrecer formación medioambiental en los arenales que optan a tener la bandera azul, condición impuesta por la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (ADEAC). Y, por el otro, convertir a los niños en catalizadores de hábitos cívicos y de respeto al medio ambiente entre los adultos. Este es el tercer verano en el que la iniciativa se lleva a cabo.

Grupos infantiles

Desde el pasado día 19 y hasta el 28 de agosto, se estima que un total de 50 niños vigilarán los arenales boirenses. Semana a semana, estos grupos formados por siete integrantes, en la mayoría de los casos, se van renovando de forma que multitud de pequeños tienen la oportunidad de participar en la iniciativa.

Los talleres se realizan de lunes a viernes en diferentes lugares del municipio. La primera actividad tiene cabida en el salón de plenos, sitio donde se hace entrega del uniforme y se comienza con la fabricación de chapas. Ya los martes, los grupos bajan a la playa. Barraña es el lugar donde los participantes se estrenan en el reparto de ceniceros y de distintivos. La labor de concienciación se repite en los días sucesivos en otros arenales del municipio.

Según Luis Castro Silva, monitor de la actividad, la gente reacciona muy bien ante este tipo de iniciativas: «Antes quedaban sorprendidos cando os rapaces lles entregaban os cinceiros e as chapas ou, sobre todo, cando lles reprochaban un mal comportamento. Agora a xente atende máis ás recomendacións das patrullas e dende logo, utilizan os cinceiros para tirar as cabichas».

Este monitor subraya que el aspecto más positivo de este taller medioambiental, es que los niños conciencian a los mayores sobre asuntos tan importantes como el respeto a la flora y a la fauna o lo útil que puede ser un reciclaje selectivo bien hecho. Se estima que un total de 2.500 ceniceros serán repartidos en los arenales boirenses, lo que garantiza, según los organizadores, que la campaña tendrá una gran repercusión.

Por último, cabe decir, que se está a tiempo de participar en la actividad si uno se apunta en la oficina de turismo de Boiro, pues el cupo de plazas no está cubierto.