Pequeñas estrellas sobre las tablas

María Xosé Blanco Giráldez
m. x. blanco RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Cuarenta niños de 2 a 7 años se atrevieron con el rock de Bieber y Bob Esponja

04 jun 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Nervios, sonoros aplausos y decenas de cámaras enfocando el escenario. Ocurrió la tarde del jueves en el conservatorio de Ribeira. Por la alfombra roja no desfilaron estrellas de Hollywood y al escenario no se subieron músicos consagrados. Los protagonistas de la velada fueron cuarenta chiquillos con edades comprendidas entre los dos y los siete años, alumnos de la escuela de música municipal. El entregado público estaba formado, cómo no, por padres y demás familiares.

Los ingredientes fundamentales de este cóctel de fin de curso fueron el arte y la simpatía que derrocharon estas pequeñas estrellas. Hasta los que acaban de superar la etapa de bebés, los de 2 y 3 años, se atrevieron con una canción del famoso grupo infantil gallego Mamá Cabra. La interpretaron con coreografía incluida, ataviados con bañadores y flotadores.

Una imagen roquera fue la que ofrecieron los alumnos de 4 y 5 años. Salieron a escena al son de una canción de Justin Bieber, un artista que causa furor entre los adolescentes de medio mundo.

El interés, desde el punto de vista musical, comenzó realmente cuando le tocó el turno a los chiquillos de 6 años pues, instrumentos de percusión en mano, se estrenaron versionando un tema del famoso Bob Esponja.

Mundo animal

A su punto álgido llegó el festival de fin de curso con la irrupción sobre el escenario de los mayores de la escuela, los niños de 7 y 8 años. Este grupo asumió el reto de interpretar algunas partes de El carnaval de los animales, una composición del francés Camille Saint-Saens.

Todos los alumnos recibieron su recompensa, tanto por su implicación en este festival como por el esfuerzo de todo el curso, en forma de bolsas con artículos de carácter educativo, chucherías y los correspondientes diplomas. En la entrega de obsequios participó la concejala de Educación, Juana Ermitas Crugeiras. Ni qué decir tiene que los chavales se fueron del conservatorio encantados y los padres, mucho más.

Orgullosos estaban también los profesores: Ángel Blanco Tomé, Teresa Bretal Martínez y Susana Martínez Lustres. Esta última fue la encargada de coordinar el festival y ayer hacía un balance muy positivo: «Este año se adelantó mucho la temporada de playa y es que de destacar, si cabe más, que muchos niños siguieran asistiendo a clases por las tardes para preparar este broche de oro».

Las actuaciones dejaron, sin duda, un muy buen sabor de boca, tanto en los pequeños que están dando sus primeros pasos en el mundo de la música como en sus familiares. Es también un buen incentivo para los profesores, que tratan de despertar en los niños, e incluso en los bebés, una pasión que, en algunos casos, es ya vocación.

fin de curso en la escuela de música ribeirense