Solo lavar la ropa del centro cuesta 140.000 euros al año y lo hace una empresa de Noia
BARBANZA
Hay quien piensa o, lo que es peor, actúa como si los servicios públicos no costasen dinero. Los hay que rompen papeleras. O quienes simplemente no acuden a una cita médica y ni se dignan en avisar. Quizás piensen que nadie contabiliza todo lo que sale de las arcas de las Administraciones. Pero eso no es real. En sitios como el hospital de Barbanza todo está perfectamente calculado. En menos de un minuto cualquiera puede enterarse de lo que cuesta una gasa hasta cualquier aparato médico de importancia. Las cifras son todas mayúsculas. Una curiosa es la de la lavandería. Solo en lavar la ropa se gastan en el centro de Oleiros 140.000 euros anuales. La mejor noticia es que ese trabajo lo hace una empresa de la comarca, con sede en Noia. Le pagan 0,71 euros por kilo de tela. Como suelen lavarse sobre 200.000 kilos durante doce meses, la cifra anual es similar a lo que puede costar un piso de tres habitaciones.
En el caso de la lavandería, el contrato es anual con la posibilidad de prorrogarlo otro ejercicio más. En unos meses se sacará de nuevo a contratación el servicio. Si se observan los euros que cuesta lavar la ropa en los hospitales de Santiago, las cifras aún suenan más rimbombantes. Actualmente se adjudicó el servicio a una entidad promovida por la ONCE, se invertirán 2,8 millones en sacar suciedad a prendas como batas, pijamas, sábanas y demás.
Gasto en transporte
La lavandería es solamente un ejemplo del dinero que cuesta mover toda la maquinaria de un hospital como el de Barbanza. Otro podría ser el transporte. Se pagan al año un total de 274.000 euros en ambulancias. Cabe destacar que en un complejo hay tantos desplazamientos urgentes, de personas que se derivan al Clínico, como otros correspondientes a enfermos que acuden a diálisis o a hacer alguna otra prueba y no pueden valerse por sí mismos.
La conclusión está clara. Los responsables del complejo tienen que hacer sumas y sumas para que los 22,9 millones de presupuesto anuales alcancen para cubrir las necesidades. Sobre todo ahora que los recortes mandan y el Sergas se aprieta el cinturón cada vez más.