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Gigantes y cabezudos, más de un siglo de picardía en A Pobra

sara martínez / M. X. Blanco RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

SIMÓN BALVÍS

La comparsa es el gran atractivo del Carme dos Pincheiros

16 ago 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El Carme dos Pincheiros pobrense es una concurrida celebración que une tradición y diversión en una cita ya imprescindible para centenares de personas. Lo que muchos de los fieles seguidores que tienen estos festejos no saben es que están disfrutando de un espectáculo que tiene casi dos siglos de historia. Se trata del desfile de gigantes y cabezudos.

Esta tradición no pasó a formar parte de la procesión de esta fiesta por casualidad. El origen de esta práctica data de antes del siglo XIX y se asocia a la procesión del Corpus pero, por aquel entonces, no se trataba de esta llamativa comparsa. Documentación del siglo XVIII recoge la tradición durante el Corpus en la que las jóvenes de A Pobra recorrían las calles delante de la procesión a hombros de los chavales mientras bailaban y animaban a los presentes. Esta costumbre desapareció por lo que se cree que fue una decisión de la Comisión del Corpus «con motivo de lo irreverente del acto durante la procesión», explica Manolo Pardavila, expresidente de la Cofradía de O Carme dos Pincheiros.

Se mantiene la idea de que los gigantes y cabezudos son una derivación de esta tradición. Aunque el origen de esta práctica sigue siendo un tema que crea cierta controversia. Otra explicación achaca esta costumbre la posible influencia catalana producida por una gran colonia que se estableció en la localidad, con motivo de las industrias conservera y de salazón.

Costumbre heredada

Pese a que los comienzos de esta tradición se asocian a la procesión del Corpus, actualmente se realiza durante la celebración del Carme dos Pincheiros. El traslado de esta práctica a las fiestas populares pobrenses es otro punto al que se le pueden atribuir varias explicaciones. Manolo Pardavila afirma que tras la disolución de la Comisión del Corpus, la Cofradía del Carme adoptó esta tradición.

Desde mediados del siglo XIX esta práctica ha ido cambiando, incorporando nuevos personajes e incrementando el número de componentes. Durante el siglo XX, la comparsa estaba formada por tres gigantes y unos pocos cabezudos que animaban la procesión con sus bailes y un toque de humor. Antiguamente estas figuras se hacían en el propio municipio y caricaturizaban a personajes conocidos. Actualmente, su elaboración corre a cargo de una empresa especializada que se encuentra en Zaragoza. Por A Pobra han pasado a gran escala caras tan conocidas como las de los hermanos Marx, el gordo y el flaco o Cantinflas. Pero hay figuras que se han mantenido como son los cuatro gigantes, a las que en los 70 se sumó el popular Eliseo.