
Contrató una firma privada para evitar otra debacle con la toxina
13 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.El problema al que se enfrentó la cofradía de Noia hace algo más de un mes por haber vendido a conserveras y otros clientes marisco con toxina no fue pequeño. El pósito se vio inmerso en una pesadilla de la que no tenía la culpa, puesto que el Intecmar, el instituto autonómico que hace los análisis, no detectó a tiempo la marea roja, de ahí que se subastase bivalvo con toxina, pero aún así sobre la entidad marinera recaían la responsabilidad y las pérdidas. Así que se tomaron medidas drásticas para evitar que esta situación se repita. Se contrató una firma privada para que al menos dos veces a la semana se realicen muestreos. Eso, obviamente, tiene un coste. Sale por 400 euros semanales. O, lo que es lo mismo, 1600 euros al mes.
Pocos pósitos de la comarca, por no decir ninguno, podrían soportar semejante gasto. Pero en Noia las cosas son distintas. Pese a la mala situación general de la economía, y por tanto a resentirse los precios del marisco, en la rula noiesa las cotizaciones todavía mantienen el tipo. Amén de que la ría continúa siendo productiva, algo que últimamente no sucede en el vecino estuario de Arousa.
Por tanto, de momento, la cofradía apuesta por mantener los análisis privados, que se suman a los que vaya haciendo el Intecmar. Contratando a esta empresa, el pósito persigue dos objetivos. Por una parte, tener más seguridad a la hora de capturar el marisco. Y, por la otra, darle mayores garantías a los compradores. Aunque, tal y como recuerda la Xunta a cada paso, los comercializadores están obligados a hacer controles antes de poner en el mercado la vianda.
Tras la crisis de la toxina, en Noia se reinició la campaña, que continúa sin sobresaltos. Los precios, como señalaba ayer Santiago Cruz, el patrón mayor «van indo máis ou menos ben, aínda que poderían estar moito mellor, no marisco de primeira mantéñense». De media se están sacando al día unas 40 toneladas de berberecho y almeja.