La sidra de Noia ya moja paladares

borja oujo / a.?g. RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

Eduardo Moledo produce la bebida con una veintena de variedades de manzanas autóctonas

21 ago 2014 . Actualizado a las 10:17 h.

Galicia ofrece un gran catálogo de productos típicos para poder degustar. A pesar de esta diversidad, a veces aparecen nuevas variedades que entran con fuerza en el mercado. Este es el caso de la sidra Val de Traba, elaborada por el noiés Eduardo Moledo. Aunque es una bebida tradicional asturiana, este barbanzano ha conseguido que su especialidad se convierta en un rotundo éxito. La idea surgió hace cinco años, «en esta tierra se producen muchas manzanas», comenta el emprendedor. Además, añade: «Teníamos unas fincas que nos dejaron mis padres y pensamos que sería un buen modo de sacarles provecho». Otro de los motivos que le llevó a adentrarse en este mundo fue su gran afición por la horticultura. Eduardo Moledo cuenta que anteriormente ya había sembrado diferentes tipos de hortalizas.

Lo que comenzó con una pequeña plantación cuenta a día de hoy con 200 manzanos. «Esperamos ir plantando cien más cada año para poder aumentar nuestra capacidad». El nombre Val de Traba se debe al lugar donde están situadas las tierras, bañadas por el río Traba. Esta bebida ha tenido una gran acogida. «Ya casi hemos agotado los 4.000 litros que conseguimos en esta campaña. Para la próxima esperamos poder tener más del doble».

Saber degustarla

Este horticultor aficionado recomienda consumirla a una temperatura de 12 grados. «Aunque es una bebida que tiene buen sabor, es mejor escanciarla», aconseja. Como proceso de promoción, el impulsor de la idea recorre las diferentes fiestas de la comarca. Eduardo Moledo, recuerda que «estuvimos en la Feira Medieval de Noia y en la celta de Porto do Son». El noiés destaca que la sidra tuvo muchísimo éxito en estas citas. Según él, quienes la probaban señalaban que no sabían lo que tenía, pero que enganchaba. También reconoce que los turistas que la degustaron se marcharon con un buen sabor de boca y un par de botellas de esta bebida con carácter propio.

Actualmente, los artífices de este producto con indiscutible espíritu barbanzano se encuentran trabajando en dos nuevos tipos de sidra. La achampanada esperan que salga, aunque en poca cantidad, en las próximas Navidades. La otra novedad será la mosta, que aguardan que vea la luz a mediados del 2015.

El proceso que emplea para conseguir su brebaje cuenta con más de medio siglo de historia. «Es la misma que hacía un señor del lugar cuando éramos pequeños», recuerda Eduardo Moledo. Este sidrero cuenta como «todos los días al salir del colegio íbamos a su casa. Como en aquel tiempo había que triturar las manzanas con un mazo, le ayudábamos y él nos daba una botella de mosta», a lo que añade que todos se iban muy contentos con su envase de gaseosa lleno hasta los topes de esta bebida.

Más de 20 variedades

Para conseguir su famosa bebida emplean 21 variedades de manzanas autóctonas de Galicia. Entre ellas destacan la rayada, la rabuda y la jamardo. «Como un buen cocido tiene que llevar cerdo, ternera y gallina, pues la sidra es mejor cuantas más variedades tenga», concluyó el creador de Val de Traba.

Aunque no sea tan conocida ni tenga tanto nombre como su homóloga asturiana, nadie duda de que en calidad nada tiene que envidiarle. La dedicación y el mimo con el que este productor trabaja sus tierras y elabora la bebida, así como la calidad de unas manzanas puramente gallegas, dan lugar a una bebida especial, sin duda.

Poco a poco la sidra de Eduardo Moledo se va popularizando y este noiés continúa su trabajo incansable para ir mejorándola cada año.

4.000

Litros al año

En 2015 espera superar el doble de esta cantidad.

6.000

Botellas

El líquido producido da lugar a seis millares de botellas para comercializar.

6.500

Kilos de manzana

Tanto de sus propias fincas como de las de particulares a los que compran esta fruta.