La que se preveía que sería la última gran intervención en el yacimiento ha revelado sorprendentes resultados que abren nuevas vías de actuación
24 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Incluso los arqueólogos que llevan desde el 2012 trabajando en la restauración y puesta en valor del castro de Baroña eran escépticos sobre la posibilidad de realizar grandes hallazgos en la intervención iniciada la semana pasada, pero el yacimiento ha vuelto a sorprenderles mostrándoles algo que no habían visto hasta ahora. Las excavaciones realizadas en los últimos días han permitido sacar a la luz la muralla original del poblado.
El equipo capitaneado por Luis Francisco López, Miguel Ángel López y Tito Concheiro está entusiasmado con el descubrimiento. Sabían que había otra muralla porque en intervenciones anteriores hallaron evidencias de su existencia, pero no tenían demasiadas esperanzas de encontrarla. La excavación de lo que hasta ahora se creía que era el muro defensivo del asentamiento ha revelado que en realidad se trata de una construcción posterior con la que se forró la muralla original, que quedó oculta. Posiblemente no llegará a saberse por qué -pudo ser para reforzar la defensa del castro o por razones estructurales-, pero este descubrimiento revoluciona la interpretación del yacimiento y, en consecuencia, variará el plan previsto para su restauración. «Isto dá unha dimensión nova do poboado, son elementos novos que hai que poñer en valor e que reformulan a historia e a interpretación de Baroña», explicaba ayer Tito Concheiro.
Evolución constructiva
Ahora que se ha localizado la muralla original, lo que se pretende es que ambas sean visitables, de manera que, cuando finalice la intervención, las personas que se acerquen a Baroña podrán caminar por el corredor que separa el muro castreño del construido posteriormente, un espacio que hasta ahora estaba tapado.
Explican los arqueólogos que el hallazgo de los restos muestra la evolución del yacimiento, y eso pretende conservarse respetando los distintos sistemas constructivos de cada etapa en los trabajos de consolidación que se llevarán a cabo: «Pretendemos recuperar a imaxe da evolución construtiva da muralla», señalaba Luis Francisco López.
La noticia menos buena es que el hallazgo de la muralla castreña complicará las tareas de restauración. El responsable de esta parte de la actuación, Miguel Ángel López, aseguraba que lo que han encontrado en la excavación ha sido toda una sorpresa: «No podíamos imaginar que encontraríamos estos paramentos, al ser un yacimiento tan tocado a lo largo de los años no esperábamos este resultado. Este es el Baroña original y no se veía, y ahora podemos recuperarlo».
En su día se apuntó a que esta sería la última gran actuación en el castro, pero las tornas han cambiado: «Con esta campaña non se pecha Baroña, ábrese un novo Baroña».
Las muestras recogidas aportarán otros datos sobre la cronología del asentamiento
Los distintos sistemas constructivos permiten a los arqueólogos confirmar la existencia de dos murallas de épocas bien diferenciadas. La más antigua, de la época castreña, es escalonada y una obra «moi sofisticada, de moita calidade construtiva», mientras que en la que se levantó a posteriori se utilizaron piedras mucho más grandes que llevan a pensar que pertenece a la época romana. Sin embargo, habrá que esperar al resultado del análisis de las muestras que se recogieron ayer para conocer más datos sobre la cronología del asentamiento.
Este dato es importante para encajar cronológicamente las estructuras e interpretar el sistema defensivo del castro para su puesta en valor.
Por otra parte, en la excavación realizada hasta el momento se han encontrado algunos restos de cerámica, conchas y un asta de ciervo utilizados como material de relleno.