
La ribeirense se ha alzado seis veces con el cetro mundial de este arte marcial
05 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.No había cumplido los cuatro años, pero Miriam Santiago (Ribeira, 1996) ya intentaba imitar a su hermano Fernando. Él fue el principal culpable de que la vida de esta ribeirense comenzase a girar alrededor del kenpo. Golpe tras golpe, patada tras patada, comenzó a hacerse un hueco en las citas nacionales. Su técnica la convertía en una rival a batir y un entrenamiento espartano la colocaba como una de las mejores.
Cuando empezó a competir, con 4 años, escuchó voces que repetían un prejuicio que, por fortuna, cada vez suena más bajo: «Este no es un deporte de chicas», repetían las madres de sus compañeros de tatami. No les hizo mucho caso. Siguió entrenando con Iván Parada y Miguel Paz, sus senseis en este mundo. «Llevamos toda la vida juntos, son como parte de mi familia», asegura la joven, convencida de la importancia de valorar a aquella gente que siempre se ha preocupado por ella.
Con 4 años alzó su primer torneo gallego, todavía no levantaba un palmo del suelo, pero ya exhibía todo su potencial. Diez años más tarde, en el 2010, se alzó con su primer campeonato del mundo. Confiesa que fue algo que la llenó de alegría, fue el premio al trabajo realizado durante tantos entrenamientos. Rápida en la patada, ágil en sus movimientos, logró imponerse a todas sus rivales. Lo volvió a repetir cinco veces más, que le valieron para formarse un nombre en esta disciplina.
A pesar de los numerosos éxitos, su trabajo siempre se ha mantenido en un segundo plano: «Al no ser un deporte olímpico no tiene eco, incluso los mundiales no se retransmiten y al no haber unas normas homologadas en cada campeonato te encuentras con unas directrices diferentes».
Salto al kickboxing
La luchadora barbanzana también ha probado otras disciplinas, entre ellas el boxeo y el kickboxing, sin embargo se queda con el kenpo. Aprovecha todo el tiempo libre para entrenar: «Es una vía de escape, todo lo que hago depende del deporte». Por ello, desea que ese esfuerzo sea reconocido por la sociedad y por las entidades deportivas.
Este año volverá a pelear en busca de su séptimo campeonato, en el camino se encontrará con la venezolana Gressly Arellano, su principal rival en cada torneo. Su sueño es intervenir en una cita en Estados Unidos, cima de este deporte. Hasta que lo consiga seguirá dejando su nombre grabado a fuego en cada tatami.
miriam Santiago campeona del mundo de kenpo en la modalidad light contact
La joven cree que lo importante de su deporte son los valores que logra inculcar en la gente