
Los centros educativos dieron el pistoletazo de salida a los desfiles con un derroche de color e imaginación que llenó las calles
06 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.En perfecta formación, las tropas XS del entroido barbanzano salieron ayer puntuales de sus respectivas trincheras para llevar el carnaval a las calles y colegios en pequeñas invasiones organizadas. Entre los más madrugadores estaba el batallón del Galaxia, formado por cerca de setecientos mosqueteros, entre alumnos y personal docente. Abriendo el desfile ribeirense, los benjamines de la guardia real, que amanecieron ayer con finas perillas y bigotes al uso, algunos poco dispuestos a sonreír a las cámaras y móviles de los padres orgullosos que franquearon las calles a su paso.
Tras estos, con idéntico traje y casacas diferenciadas por colores y cursos, estaban los escoltas de más edad. A partir de los 8 años tenían licencia para blandir sus espadas al sol, un complemento que ayudó a meterse de lleno en el papel, mientras los profesores intentaban poner orden en sus tropas.
Pero, además de mosqueteros, ayer desfilaron un sinfín de tropas de las temáticas más variopintas. En el CEIP de Frións hubo jueces de peluca blanca, toga y mallete en mano, bomberos, jardineros o mensajeros de Correos, entre muchos otros gremios, sindicados por edades.
Frente a estos, los alumnos de O Grupo tuvieron carta libre para lucir el disfraz que quisieran, salvo los niños de 3 años, que se metieron en las pieles de los animales del zoo, siguiendo el proyecto en el que trabajan este curso. Con el desfile, y un almuerzo de postres típicos que llevaron los propios escolares de postín, cerraba O Grupo una semana de actos durante la cual un espantapájaros fue indicando qué complemento debían llevar cada día.
La misma dinámica siguieron bajo las órdenes del Meco Repepico los niños de A Barquiña de Noia, que ayer celebraron también su fiesta de entroido con un protagonista principal: Julio Verne. Los submarinos, cohetes y protagonistas de sus Veinte mil leguas de viaje submarino, Viaje al centro de la tierra o La vuelta al mundo en 80 días saltaron de las páginas a la realidad en un despliegue de fantasía y color.
Todo lo contrario pasó en el CEIP Praia Xardín de Boiro que, en vez de inspirarse en la ficción, celebró un festival de entroido con el paso del tiempo como hilo conductor, un viaje hacia atrás que contó con los mismísimos castros de O Achadizo y de Neixón, romanos de la calzada de Vitres, conserveras de las fábricas de salazón o campesinos de Moimenta. Hubo hasta malla en vivo, bailes y dulces de carnaval.
Gurús del reciclaje
Desde muchos centros educativos se dio toda una lección de corte y confección de disfraces con materiales reciclados, demostrando que el bajo coste no está reñido con la vistosidad de los trajes. Desde la recurrida bolsa de basura ?en todo su despliegue de colores?, a la cartulina o la goma eva. Un poco de imaginación y fondo de armario bastó para hacer auténticas virguerías.