Un icono en su posada

Estevo Silva Piñeiro SOSPECHOSO HABITUAL

BARBANZA

21 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Ahora que llegamos a estas fechas tan iconoclastas, no puedo dejar pasar por alto la gran fiesta que se formó el viernes respecto a otro icono, mucho más tangible e irreverente y mucho menos sangrante que los que sacarán a pasear por las calles de todos los pueblos de este país mal llamado laico en los próximos días.

Me refiero a la puesta de largo de la estatua del recientemente fallecido Javier Krahe, que, gracias a Suso Santamaría y a todos los que realizaron su aportación a esta causa mediante crowfunding -la colecta de toda la vida, pero en idioma sajón-, luce ahora enfrente del local en el que dio tantos conciertos a lo largo de los años, entre ellos el último de su vida.

La calle peatonal de Boiro se llenó el viernes de reconocidos artistas y de público dispuestos a sumarse al merecido homenaje al trovador indomable, incorruptible, creador de himnos eternos para grandes minorías. Solo faltó Marieta, la bella, la traidora? o quizá no; el resto estaban todos: Julián Hernández, Albert Pla, el Gran Wyoming, Juan Abarca, Quico Cadaval y muchos más que decidieron sumarse al evento promovido por Suso Santamaría, que no sería demasiado exagerado calificar de histórico musicalmente hablando.

Hoy puede usted acercarse a la Pousada das Ánimas a la hora que sea que, aunque encuentre el local cerrado al público, el maestro Javier Krahe estará en la puerta sentado, con las piernas cruzadas y su cigarro en la mano aguardando, eternamente tranquilo y paciente, a que estalle la tempestad tras la que no vendrá la calma.